La Policía Nacional alzó su voz en contra de la medida gubernamental. La capital quedó desguarnecida de sus servicios de protección.
Desde las primeras horas de esta mañana, la mayoría de regimientos a nivel nacional fueron tomados por gendarmes, que en enfática voz de protesta, detuvieron sus servicios y manifestaron su repudio en contra de la medida ejecutiva que cancela el pago de los servicios laborales de los cuales se beneficiaba la tropa y los oficiales de la entidad policial, a nivel nacional.
Ante la serie de protestas y los altercados suscitados en las calles de la capital, el alcalde Augusto Barrera activó el Comité de Operaciones Emergentes en todo el distrito.
La mayoría de administraciones zonales, oficinas municipales y entidades de servicio público cerraron sus puertas ante el estado de emergencia que se vive en la capital.
Los incidentes desencadenaron miedo colectivo y estado de caos en la mayoría de la población capitalina, que pedía a los servicios municipales de control, activen procesos de mediación y de seguridad social, para mermar los posibles focos de desobediencia colectiva. De su parte, el Cabildo Quiteño con su cuerpo de concejales llamaban a la calma a la ciudadanía.
Las medidas fueron drásticas y bastante agresivas.
La mañana fue volátil, al punto que los administradores del aeropuerto ‘Mariscal Sucre’, de manera radical suspendieron los vuelos, al no poder contener las manifestaciones de cientos de personas que de manera violenta se tomaron las instalaciones de la terminal aérea.
Los sucesos alarmaron a la comunidad, al punto de sentirse completamente rodeados por la serie de disturbios, que amenazaron la seguridad de la ciudad.
El caos llegó al punto, que se desató el vandalismo. Dos bancos fueron atracados en menos de dos horas de disturbios, razón por la cual la mayoría de entidades bancarias cerraron sus puertas.
En la avenida Occidental, en el sector de la Jefatura de Tránsito, las bombas lagrimogenas afectaron a cientos de personas.
Además, el tráfico en la ciudad se volvió caotico. El estado de alarma es latente, los capitalinos sienten miedo por los desmanes de la delincuencia.
La capital estalla entre desobediencia y pánico
Rectores de los colegios de Quito cerraron las puertas de sus unidades educativas , y de manera urgente enviaron a los estudiantes a sus casas. La mayoria de padres de familia trataron de llegar a las instituciones de educación básica y bachillerato en busca de sus hijos, por el miedo a posibles desmanes fuera de estas edificaciones. La población quiteña además prefirio salir de sus trabajos y dirigirse a sus hogares.
“El pasado amedentra, sabemos que Quito derroca presidentes y el miedo crece a cada minuto”, dijo un iracundo ciudadano. La desobediencia policial genera pánico en la población civil. Un caos peligroso.