Al transitar por las principales vías del distrito metropolitano, se hace evidente ante nuestros ojos la inseguridad que provoca el pésimo estado de los cables de servicio eléctrico y telefónico, colocados encima de postes, que a simple vista no pueden controlar el peso y la magnitud de la energía que por ellos transita. La solución más práctica es terminar con estas redes y planificar proyectos de soterramiento de estos de manera urgente.
Ante esta preocupación, la Empresa Metropolitana de Productividad, ha emprendido un proyecto sustentado en una ordenanza metropolitana, que obliga a la Empresa Eléctrica de Quito, a la Corporación Nacional de Telecomunicaciones y las empresas de telefónía privada, a enterrar sus cables en el menor tiempo posible.
De su parte, el sector privado ha establecido pautas de financiamiento, y aunque no es un hecho se prevee un alza en el costo de las tarifas para solventar esta inversión, calculando el valor elevado de cada metro cuadrado de cable subterráneo.