Los familiares de los 33 mineros que desde el pasado 5 de agosto están atrapados a 700 metros de profundidad en el norte de Chile, manifestaron su inquietud por la lentitud con la que avanzan las tareas de rescate.
Ello, tras cuatro días de paralización de la máquina ‘Schramm T-130’, que supone el Plan B, la misma que avanzaba más rápido en la excavación de un conducto para el rescate de los 33 hombres.
La máquina rompió su cabezal el jueves, al chocar contra un trozo de hierro, cuando había sobrepasado los 268 metros de profundidad y hasta ahora no se han podido sacar los restos para colocar uno nuevo.
“Vemos demasiado tranquila la situación, estoy inquieta por una carta que mandó mi hermano ayer, ha bajado mucho el ritmo”, dijo a Radio Cooperativa María Segovia, hermana del minero Waldo Segovia, que precisó que los atrapados están preocupados porque ya no escuchan desde la profundidad el ruido de la T-130.
Además, Segovia señaló que su hermano y otros mineros están siendo tratados de los nervios y exige explicaciones a las autoridades sobre el verdadero estado de los 33 hombres.