Sáb. Nov 23rd, 2024

Rafael, 29 años. Toda mi vida he luchado por conseguir mis sueños. Desde muy pequeño me esforzé por ser un ejemplo para mis hermanos menores y un orgullo para mis padres. Acabé la universidad hace cinco años y mi carrera profesional se inició con muchas bendiciones. Me casé hace cuatro años con el amor de mi vida. Con ella tuvimos dos hermosas hijas. Pero un accidente acabó con todos mis anhelos. Hace dos semanas, mi esposa, oriunda de Otavalo, salió con mis pequeñas a visitar a su madre por el cumpleaños. Logré que un compañero que trabaja en ese cantón las llevara. A la media hora del viaje, perdió pista y se estrelló contra un muro. El accidente fue fatal, murió él, mi esposa y una de mis hijas. No puedo entender las razones de lo que pasó. No quiero vivir, me siento totalmente acabado. Pero mi familia me pide que mire con resignación hacia el futuro. Tengo una hija y debe ser la razón de mi vida. Pero estoy destruído.
Mi Querido Rafael:
Ten fe, Dios te dará las fuerzas para luchar por tu pequeño ángel.
Tu Amiga Karina