Narcisa, 29 años. Vivo en la ciudad de Tulcán, aunque soy oriunda de Latacunga. Me casé hace siete años con el que creía, era el amor de mi vida. Él es mayor a mi con diez años. Nos conocimos por relaciones de trabajo. Es dueño de un negocio de repuestos automotrices y mi padre tiene un bus interprovincial. Un día realizábamos una compra y conocí a mi actual pareja. Salimos por un lapso de tres meses y nos enamoramos y decidimos casarnos. Mi padre se mostró muy contento por la decisión. Fui a mi ciudad natal y retiré mis pertenencias. Los primeros años de matrimonio fueron muy especiales. Al cumplir nuestro tercer aniversario, las cosas se dificultaron, debido a que no podemos tener hijos. Él es infértil. Con la noticia todo se convirtió en un infierno, me golpea todos los días y me discrimina. Yo ya no lo amo y quiero salir de mi hogar. Pero me da mucho miedo, me amenazó de muerte. No se qué hacer. Su actitud me provoca tristeza.
Mi Querida Narcisa:
Realiza una demanda en su contra. Abandona ese hogar.
Tu Amiga Karina