Actualmete, la difícil situación económica y la falta de plazas de trabajo ha producido que las mujeres se integren al gremio de taxistas o de choferes de otro tipo de transporte de pasajeros. En la mayoría de los casos, esta actividad ha sido fundamental para llevar el pan a casa.
“ Mi esposo me dejó justo cuando mi hija tuvo un grave accidente y perdió sus dos brazos. Este trabajo me sirvió para sacarle adelante y para dar estudios, vivienda y alimentación a mis tres vástagos”, cuenta Rosita Quishpe, quien maneja un taxi.
Según el testimonio de Rosario Rivera, esta ocupación le ayudada a colaborar con la economía de su hogar sin descuidar la educación de sus hijos.
Pese a que se dice que las mujeres son un peligro al volate, los usuarios sienten más seguridad cuando los taxis son manejados por mujeres.
“Prefiero que me lleven mujeres, pues ellas manejan con más cuidado y además sé que mi integridad no corre peligro”, señala Mónica Vivanco.
Según el Instituto Superior Tecnológico de Transporte (ITESUT), cada vez más señoras ingresan a la entidad para obtener la licencia tipo C, que les permite conducir hasta una buseta de 25 pasajeros. ¡Luchadoras!
