María Susana, 23 años. Terminé una relación amorosa muy intensa hace siete meses. Todo estaba planeado para que el mes de febrero pasado me case con él. Los preparativos estaban ultimados, la ceremonia, el vestido, la comida, el pastel, en fin todo estaba cancelado. Pero todo se acabó de repente. Una noche, un amigo me pidió que lo acompañe a un lugar que me iba a cambiar la vida. Salimos de mi casa de madrugada y me llevó a las afueras de un motel. Esperamos quince minutos y vi salir a mi prometido acompañado de mi mejor amiga del interior del mismo. Yo no sabía que hacer, le pedì a mi amigo que me saque de ese lugar. Desde ese momento mi vida jamás volvió a ser igual. Hace unos días regreso a mi vida, me pide que lo perdone y que no lo deje, que me ama. Pero yo no puedo, no confio en él y dudo de todo lo que proviene de su boca. Ya no puedo más con el dolor de su infidelidad, es una lesión que me marcó la vida.
Mi Querida María Susana:
Termina ese período de tu vida. Si no te respeta, no te ama.
Tu Amiga Karina
