Patricio, 22 años. Soy de la ciudad de Ambato. Estoy saliendo con una mujer muy especial. Tiene 35 años, es abogada y tiene dos hijos de una relación anterior. La conocí cuando ingresé a su buffet para realizar prácticas de la Universidad. Tenemos una relación por más de un año. Con ella he podido entender la fuerza con la que se puede amar. No me importa su edad, no me interesa su status ni su experiencia, quiero que sea mi esposa y juntos culminar nuestros días. Le propuse iniciar este camino y me contestó que sí, que me ama y que soy el amor de su vida. El gran problema de esta relación, es mi madre. Ella no quiere que yo ate mi vida a alguien, que según ella tiene un pasado infeliz. “Tarde o temprano te dejará y lo único que quedará en tu alma es dolor”, me indicó en medio de una discusión que tuvimos. A pesar de su oposición no pienso por ningún motivo dejarla. Mi novia es el motivo de mi felicidad.
Mi Querido Patricio
Aprende a evaluar la situación. Eres muy joven para dar ese paso.
Tu amiga Karina.