Vie. Nov 22nd, 2024

Artículo original:  In the ‘neck’ of time: Scientists unravel another key evolutionary trait (PhysOrg.com)

Al descifrar los genomas de los seres humanos y de los peces, los científicos creen ahora que el cuello –esa pequeña parte del cuerpo entre la cabeza y los hombros– dieron a los humanos más libertad de movimiento y que jugaron un sorpresivo papel en la evolución del cerebro, de acuerdo a una investigación de neurocientíficos de la New York University y la Cornell University publicada en el diario electrónico Nature Communications (27 de julio de 2010.)

Los científicos asumían que las aletas pectorales de los peces y los miembros (brazos y manos) de los seres humanos eran inervados. –o recibían nervios– desde el mismo tipo de neuronas.  Después de todo, las aletas de los peces y los brazos de los humanos parecen estar en el mismo lugar del cuerpo.  No tanto.

Durante la transición de nuestro primeros antepasados de peces a moradores de la tierra que les desarrolló las mamas superiores, la fuente de las neuronas que controla directamente a los miembros desde el cerebro estaba en la espina dorsal,  pero a medida que el torso se movió de la cabeza apareció el cuello.  En otras palabras los brazos humanos, como las alas de los murciélagos y aves, se separaron de la cabeza y se ubicaron en el torso debajo del cuello.

«El cuello permitió mejorar el movimiento y destreza en los ambientes terrenales y aéreos,» dice uno de los investigadores. «Esta innovación en la biomecánica evolucionó de la mano con cambios en como el sistema nervioso controla nuestro miembros.»

Por rtorres