Comprar objetos robados, es un acto de complicidad delincuencial. Vendría a representar una especie de incentivo para que los hampones continúen con sus fechorías.
¿Alguna vez ha pensado adquirir algo robado?
Cuando esa idea se le cruce por la mente, reflexione en la víctima del hurto y considere que podría tratarse de usted o de un miembro de su familia.
Es verdad que aquellos objetos tienen un costo muy bajo, pero eso no justifica su adquisición fraudulenta.
Día a día nos quejamos de la delincuencia y no es coherente que le demos de comer.
La situación económica del país es complicada y es verdad que cada vez se hace más difícil adquirir teléfonos celulares de última tecnología y laptops. Por este mismo motivo debemos defender nuestra propiedad y dejar de alimentar a la delincuencia.
Somos un pueblo trabajador que lucha por salir adelante. Demostremos que somos gente honradas y no nos convirtamos en cómplices de actos ilegales.