Montevideo, 13 jul (EFE).- El delantero de uruguayo Diego Forlán afirmó hoy que, antes de partir a Sudáfrica para jugar el Mundial, jamás imaginó un recibimiento como el que le dispensaron este martes a él y a sus compañeros miles de sus compatriotas en Montevideo para celebrar el cuarto puesto en el campeonato.
«Esto era impensable el día en que nos fuimos, en un país tan rico de historia como es el uruguayo lograr unir a todo el país en una fiesta tan grande como esta es algo increíble», dijo Forlán sobre un escenario instalado para la ocasión en la escalinata del Palacio Legislativo.
Ante una marea de banderas nacionales y de aficionados, Forlán manifestó que su designación como Balón de Oro del torneo le cayó «por sorpresa» aunque le asombró todavía más como lo festejaron sus compañeros.
Tras conocer la noticia el domingo, varios integrantes del combinado nacional lo lanzaron a una piscina del hotel en el que estaban alojados en Sudáfrica y estuvieron de fiesta hasta altas horas de la noche.
«Es un premio que lo gané gracias a ellos, al grupo humano que hubo, a la unión, al cuerpo técnico y al trabajo de todos nosotros, que no es de ahora, sino de cuatro años a esta parte», argumentó el jugador del Atlético de Madrid.
Forlán transmitió a la población el mensaje de que «trabajando con humildad y respeto, haciendo las cosas bien, se puede llegar bastante lejos».
«Nosotros tuvimos la oportunidad de jugar una semifinal del mundo, estuvimos a un paso de la final del mundo», recordó.
Por último pidió a sus compatriotas, especialmente a los niños y a los jóvenes, que no olviden que aunque Uruguay es «un país tan chico», con 3,3 millones de habitantes, «hay mucha gente, muchos profesionales, abogados, doctores, empleados, empresarios que a nivel mundial están en los primeros lugares, y en el fútbol también».
«Así que a creer en nosotros y disfrutar de este momento», concluyó.
En el mismo acto el seleccionador nacional, Oscar Washington Tabárez, consideró que sus jugadores «merecían un reconocimiento» por lo que hicieron pero la acogida popular de este lunes superó «todo lo imaginable».
Tabárez alabó de sus futbolistas «el espíritu de plantearse desafíos y la valentía para superarlos», y envió también un mensaje a la ciudadanía.
«No nos quedemos solo con los resultados para valorar lo que se hace. El éxito no son solo los resultados sino las dificultades que se pasa para obtenerlos y la lucha permanente», manifestó.
El capitán del equipo, el central Diego Lugano, dijo, por su parte, que aunque no ganaron la copa mundial, ganaron otro trofeo, que es «ver a todo el Uruguay unido, abrazado».
Lugano reclamó a las autoridades presentes que «este día no pase al olvido para que la ilusión de la gente no sea apenas efímera y pasajera, para que estar entre los cuatro del mundo no sea una hazaña sino una obligación».
«Esperemos que todos juntos le demos al fútbol, al deporte, la trascendencia que siempre ha tenido y que tiene en el país», campeón del mundo en 1930 y 1950, pero que había estado lejos de la elite durante muchas décadas.
Al final del acto, el presidente uruguayo, José Mujica, y el vicepresidente, Danilo Astori, entregaron unas medallas de reconocimiento en nombre del Gobierno a los futbolistas.
Los jugadores llegaron al país el lunes por la noche y esta mañana recorrieron Montevideo en un autobús para recibir el apoyo de miles de aficionados, a pesar del fuerte viento y las bajas temperaturas. EFE