Puerto Elizabeth (Sudáfrica), 1 jul (EFE).- Holanda y Brasil buscan dar mañana (9h00) un salto de calidad en la producción hasta ahora mostrada en el Mundial sudafricano para llegar a la fase semifinal.
Para dos selecciones que destacan por sus equivalencias en depurada técnica, veloz dinámica, defensas rocosas y letales contraataques, la balanza la inclinará la que aporte algo más.
Resta entonces saber cuál formación tomará la iniciativa.
Pero a la par que se prepara para otro juego de paciencia, Brasil tendrá que suplir las carencias y el impacto psicológico que han dejado en su plantilla las bajas por lesión de Elano, Felipe Melo y Julio Baptista, y por suspensión la de Ramires.
La situación de Elano es la más complicada y puede costarle en horas su despedida definitiva del torneo, si se confirman los pesimistas pronósticos médicos, un golpe a la moral de conjunto que tiene en el jugador del Galatasaray garantía de goles y equilibrio.
Holanda debe también buscar la forma de imprimir «más garra» para encarar a rivales con más peso futbolístico y ambición de gloria, como Brasil, según han admitido sus jugadores.
Las semejanzas no paran, ni en los asuntos más adversos.
Los creativos Kaká y Arjen Robben destacan en la lista de once jugadores amenazados por la tarjeta amarilla que ya recibieron. Una más los marginará de la fase semifinal, si su selección supera el escollo.
En la misma situación incómoda se encuentran del lado brasileño el goleador Luis Fabiano, el zaguero Juan y el centrocampista Felipe Melo, que no jugará este viernes por lesión.
Kaká, el astro del Real Madrid ya quedó al margen por expulsión, la tercera en su carrera, pero al volver a la formación titular, vio otra cartulina amarilla en el partido de los octavos de final contra Chile.
Si Dunga sentirá la falta del versátil Ramires por acumular dos amarillas, su colega Bent Van Marwijk parece tener un asunto peor pues tiene siete jugadores amenazados, si reciben otra amarilla en el choque de este viernes en Puerto Elizabeth.
Holandeses y brasileños protagonizarán mañana una suerte de final adelantada, lugar común utilizado para quedar bien con ambos rivales pero que calza exacto en esta situación a la luz de los números y el ADN del fútbol que practican ambos países.
En nueve partidos de historia común, seis amistosos y el resto en fases decisivas de los mundiales de Francia’98, Estados Unidos’94 y Alemania’74 hay un notable equilibrio de fuerzas: tres victorias para los ‘canarinhos’ y dos para los ‘oranje’, catorce goles para los sudamericanos y trece para los europeos.
Brasil, la más europea de las selecciones sudamericanas, es descrita por el seleccionador holandés, Bent Van Marwijk, como un equipo «muy maduro y sólido en defensa que transmite una forma positiva de arrogancia, de que es imbatible».
Dunga no necesita muchas palabras para describir con acierto al rival que como jugador ayudó a eliminar en idéntica fase de cuartos de final de los mundiales de 1994 y 1994: «parecen sudamericanos».
Ambos equipos llegaron a la fase de los ocho mejores invictos y con trayectorias similares.
Holanda derrotó con autoridad pero sin excesos a daneses, japoneses, cameruneses y eslovacos mientras Brasil hizo lo mismo con norcoreanos y marfileños. Apenas permitió un empate sin goles con Portugal en el cierre de la fase de grupos y a Chile lo vapuleó hace tres días por 3-0 en su mejor presentación hasta ahora.
Pese a que Holanda llega con puntuación perfecta y que Brasil extravió dos enteros por el camino, los de Dunga aparecen como favoritos en las encuestas y las apuestas.
Será el primer partido de cuartos de final de la decimonovena edición del Mundial.