Mar. Nov 26th, 2024

Un nuevo gol de David Villa, el cuarto en cinco marcados por la ‘Roja’ en el Mundial 2010, clasificó a España a los cuartos de final, desbloqueando un intenso duelo ibérico con Portugal, y engrandeciendo a una selección que demostró su madurez a la hora de competir en un partido a vida o muerte.

Era una cita con la historia que marca la identidad de un equipo que busca ampliar su leyenda en la gran cita de Sudáfrica. Las grandes selecciones -Argentina, Alemania y Brasil- habían goleado en los octavos de final. Llegaba el turno de la campeona de Europa. Su físico no le da para amplias victorias pero su calidad le hacen estar entre las favoritas al título.

Liberada del miedo al fracaso, de la tensión generada por el mal estreno en el Mundial, España saltó al césped del Green Point Stadium con personalidad. Era la hora de mostrar un estilo, de aprovecharse de tener enfrente un rival que hablaría el mismo idioma. Alejados de marcajes individuales, debía imponer su fútbol, fulminar la fuerza defensiva de Portugal.

Llevaba la selección de Carlos Queiroz 19 partidos sin perder. Un dato que habla por sí solo de un grupo disciplinado de jugadores que da el salto de calidad cuando Cristiano Ronaldo entra en contacto con el balón. Llovió todo el día en Ciudad del Cabo hasta la hora del duelo. El césped estaba rápido. Mediría el nivel físico de la ‘Roja’. Beneficiaba al astro luso que no tuvo su noche.

Del pase en largo en el saque de centro de los tres partidos de la fase de grupos, España pasó a sacar en corto. Era un mensaje. Hoy tendría espacios para asociarse en corto. La lucha estaba en el doble triángulo en la medular. Busquets, Xabi Alonso y Xavi ante Pepe, Tiago y Meireles. El vencedor decantaría el partido o quedaría expuesto a una acción individual. A una moneda al aire.

La salida con fuerza de España obligó a Eduardo a mostrar por qué no ha encajado un gol en el Mundial pese a estar en el grupo de la muerte. Respondió en los tres primeros minutos a dos disparos de Fernando Torres y Villa. En pleno dominio español, el ‘Niño’ era derribado dentro del área por Coentrao tras un autopase.

Portugal se resguardaba del chaparrón de fútbol. Se amparaba en su guardameta que volvía a sacar con dificultades un disparo raso de Villa. La defensa encimaba a Cristiano. Buscaba que no recibiese en carrera. Un sistema de ayudas que dio éxito. El árbitro, permisivo, dejaba jugar. Ronaldo le perdonaba la vida con la mirada en cada acción que caía al césped y la falta no era señalada.

Superó el agobio Portugal gracias a dos saques de esquina, dos faltas que pegó Cristiano desde cualquier rincón del campo, por muy alejado que esté. España mantuvo el dominio pero sólo Villa lanzó desmarques de ruptura. El juego de la ‘Roja’ se fue espesando. Faltaba verticalidad. Iniesta no encontraba su magia en el pase entre líneas y las ocasiones desaparecieron.

En ese guión estaba más cómoda Portugal. Pepe ‘rascaba’ en cada acción. Es más futbolista de central, pero Queiroz le explota en la destrucción del juego rival. El peligro llegó en las botas del que estaba siendo mejor lateral zurdo del Mundial, Fabio Coentrao. En sus subidas al ataque siempre inquietó. O fue frenado en falta o lanzó peligrosos centros. Dos acabaron en testarazos de Hugo Almeida que metieron el susto en el cuerpo de los españoles.

Fue el primer día que Iker Casilla midió su nivel. Inseguro en las faltas de Cristiano por los extraños del esférico y en un potente disparo de Tiago que sacó en doble intervención, la segunda cuando el balón se encaminaba a la red con la potencia de Almeida.

Las llegadas de España dejaron de acabar en disparos a puerta. Xavi y Villa lo intentaron. Alonso, que llegó tocado en el tobillo, no encontró hoy su espacio. Faltaba la profundidad que da Cesc.

Se reanudó la segunda parte con el mismo guión. A España le faltaba chispa. Hasta Almeida, que no brilla por su velocidad, se fue en carrera de la zaga y en su pase a Cristiano se topó con Puyol con un balón que se envenenó para pasearse por la zona de gol sin encontrar puerta. Lo vio Queiroz y sacó al tapete la habilidad de Danny. Un ‘diablo’ que quiso aprovechar los balones muertos que hasta ese instante perdía por milímetros la ‘Roja’.

La reacción de Del Bosque fue un gesto de personalidad. A los 58 minutos sentó a Torres y rompió con el pasado. En vez de apostar por Cesc y adelantar a la zona del 9 a Villa, apostó por Fernando Llorente que no había jugado un solo minuto en todo el Mundial.

El primer balón que tocó cambió el guión. Un centro preciso de Ramos desde el costado derecho lo remató en plancha con potencia pero poca colocación. Sacó con el cuerpo Eduardo. España pasaba a tener un ancla arriba. Una referencia.

La siguiente acción con Llorente fijando a los dos centrales, el mago Iniesta salió de la lámpara para inventar un pase al borde del área, donde a muchos se les apagan las luces rodeado de rivales, Xavi prolongó la brillantez con un taconazo y Villa ejecutó. Su primer disparo con la zurda lo sacó Eduardo que desde el suelo vio que se colaba a gol el remache con la diestra del ‘Guaje’.

El quinto tanto de España en el Mundial 2010. El cuarto de Villa, el futbolista que engrandece a la selección. El gol desató el fútbol control de los hombres de Del Bosque. Portugal se desesperaba. Sufrió un cortocircuito en la construcción y corrió detrás de sombras. El duelo estaba ya estaba anestesiado.

No volvió a sufrir España. Pudo sentenciar gracias al coraje de Sergio Ramos. Iniesta vio una de sus subidas, recortó en carrera y su zurdazo lo sacó en una gran intervención Eduardo, antes de que el esférico se marchase rozando el palo. Villa chuta desde cualquier sitio y siempre crea peligro. Dos derechazos dieron aún más brillantez al portero luso.

Murió el encuentro con un gesto significativo. Con Portugal buscando el milagro, Cristiano chutó desde 40 metros. Su desviado disparo recibió los abucheos de la grada. Fue uno de esos partidos en los que muestra su impotencia. Se despidió del Mundial por detalles de España. Una selección que en la Eurocopa encontró el camino del éxito. Lo mantiene con retoques y sabe competir. El gran sueño se alimenta y crece. Paraguay espera en cuartos de final.

Por ccarrera