Quito, 4 oct (EFE).- El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, defendió hoy el acuerdo comercial logrado recientemente con la Unión Europea, al considerar que este protegerá y beneficiará, sobre todo, a los pequeños productores y campesinos de su país.
En su habitual informe de los sábados, Correa aclaró que no se trata de un modelo de Tratado de Libre Comercio (TLC), a los que es reacio, y apuntó que en la negociación con los europeos se alcanzaron muchas ventajas para su país.
El acuerdo comercial cerrado entre Ecuador y la UE se sostiene en el convenio «multipartes» negociado por el organismo europeo con Colombia y Perú con anterioridad.
«El país puede estar seguro de que se ha negociado un acuerdo comercial, no un Tratado de Libre Comercio (…), con absoluta responsabilidad, sin traspasar líneas rojas, protegiendo nuestra pequeña industria, nuestra industria, protegiendo a nuestros campesinos», afirmó el mandatario.
Además, justificó el pacto al señalar que si no se hubiera llegado al acuerdo, el país hubiera perdido las preferencias arancelarias (SGP-Plus) que Europa otorga a los andinos por su lucha contra el narcotráfico.
Las consecuencias de no haber cerrado el acuerdo hubieran sido «tremendamente serias» para el país, pues el Sistema General de Preferencias (SGP) de Europa finalizaba a finales de este año, agregó.
No obstante, remarcó que el Consejo de Comisionados de la UE aprobó ya «continuar con las preferencias arancelarias» para Ecuador, aunque esa decisión debe aún ser ratificada por el Parlamento Europeo.
«No perderemos las preferencias arancelarias», que hubiera sido «un duro golpe» para la economía nacional, expresó Correa al insistir en que «se ha negociado muy bien» y que los pequeños productores y campesinos ecuatorianos se beneficiarán al poder exportar sus bienes a Europa sin el pago de aranceles.
Además, enfatizó en que el acuerdo ecuatoriano con la UE «excluye el 60 por ciento de producción agrícola», lo que supone una protección a ese amplio sector de la economía nacional.
Asimismo, dijo que en el sector de lácteos, esa protección a la producción nacional se refleja en el establecimiento de un cupo de, por ejemplo, 400 toneladas en leche en polvo y suero para importaciones desde Europa, lo que supone el 0,18 por ciento de la producción láctea del país.
Recordó que Colombia, en ese campo, tuvo un cupo de 6.500 toneladas, lo que significa, según él, las «mejores condiciones que logramos» en el acuerdo.
También dijo que se garantizan «franjas de precios», para proteger una serie de productos industriales y existen «112 subpartidas que se desgravarán poco a poco», entre seis y ocho años, tiempo en el que la industria nacional deberá volverse competitiva respecto a la producción europea.
En el apartado de compras públicas indicó que se fijaron «umbrales», sobre los que la UE podrá entrar en Ecuador con su producción, pero siempre que la demanda sobrepase los 400.000 dólares, lo que supone que bajo ese valor serán los pequeños industriales y artesanos nacionales los que negocien con el Estado.
Tampoco las compras públicas que estén sujetas a otros convenios internacionales, como por ejemplo en el caso de ciertos medicamentos, se abrirán a concurso con los europeos y se excluyen los «programas emblemáticos» del país, como desayuno escolar, libros escolares y la construcción de ciertos colegios estatales.
Correa, no obstante enfatizó en que sectores industriales como el automotriz y la línea blanca, tendrán que adecuarse en un periodo de tiempo para competir con sus pares europeos.
Los «sectores sensibles» de la economía nacional están «protegidos» en el acuerdo alcanzado con la UE, reiteró Correa que también mencionó que una cláusula de dicho convenio permite dar por finalizado el mismo en un lapso de seis meses, si así se considerara en el futuro. EFE