Islamabad, 4 sep (EFE).- El Gobierno paquistaní y el partido Pakistán Tehreek-e-Insaf (PTI) de Imran Khan reanudaron el diálogo en una reunión en la que se acordó continuar con las negociaciones, informaron oficiales citadas hoy por los medios.
El encuentro se celebró el miércoles en Islamabad entre una delegación gubernamental, miembros de partidos del Parlamento que no están en el Gobierno y representantes del PTI, de acuerdo con el diario Tribune Express.
«Durante la reunión acordamos continuar con las negociaciones y resolver la crisis a través del diálogo», dijo el ministro de Planificación, Ahsan Iqbal, quien añadió que no se informará de ninguna decisión hasta que se haya alcanzado un acuerdo.
Khan, célebre exjugador de cricket, y el clérigo Tahirul Qadri, del Pakistan Awami Tehreek (PAT), lideran dos protestas con miles de personas acampadas frente al Parlamento y la residencia oficial del primer ministro, Nawaz Sharif, a quien exigen que dimita.
El líder del PTI acusa a Sharif de fraude en las elecciones que ganó en 2013, y exige la celebración de comicios anticipados, mientras que Qadri reclama la detención del primer ministro por corrupción y la formación de un Gobierno de tecnócratas.
El Gobierno aceptó en varias reuniones anteriores todas las exigencias de los opositores, como la creación de una comisión judicial que investigue el supuesto fraude o reformas electorales, pero no la dimisión del primer ministro.
Khan y Qadri pretenden aprovechar el descontento de la población por la crisis energética, el aumento de los ataques insurgentes y la mala situación de la economía para forzar la dimisión del primer ministro.
Las protestas comenzaron el pasado 15 de agosto y por el momento han causado tres muertos y 500 heridos en enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía.
El lunes un grupo de opositores asaltó la televisión estatal en Islamabad y cortó durante una media hora sus emisiones.
El Ejército, que ha gobernado el país la mitad de su historia, ha pedido a ambas partes que resuelvan la crisis a través del diálogo y ha mantenido una actitud neutral ante las protestas.
Sharif, quien fue depuesto en un golpe de Estado de los militares en 1999, ha mantenido una difícil relación con los uniformados desde su elección por su intento de acercamiento a la India y el juicio por traición al ex dictador militar Pervez Musharraf.
La ofensiva en Waziristán del Norte contra los insurgentes que comenzó en junio y que Sharif retrasó en favor del diálogo también ha sido una fuente de tensión.
Analistas y observadores consideran que aunque Sharif supere la crisis quedará debilitado el resto de su mandato y que el Ejército tomará el control de la seguridad y la política exterior. EFE