Es la primera vez en la historia que dos ciclistas colombianos se disputan la codiciada «maglia rossa», la camiseta que distingue al líder de la clasificación general de una de las pruebas por etapas más famosas del calendario internacional.
Quintana, un joven de 24 años, le quitó este martes el liderato del Giro a Urán, de 27, tras ganar de forma contundente la etapa reina de la prueba, un recorrido con tres altos puertos de montaña ideal para sus características de escalador.
Esa tarde, entre altas paredes de nieve, lluvia, estrechas curvas y peligrosísimos descensos, Quintana tomó el relevo de mando entre los dos grandes líderes del ciclismo colombiano en la actualidad.
Esta rivalidad deportiva entre Quintana y Urán aparece como una radiografía de la pasión histórica de un país volcado por el deporte de las dos ruedas.
La historia de dos Colombias
El ciclismo ha sido para Colombia durante varias décadas mucho más que un deporte en el que ciclistas y seguidores invierten todas sus esperanzas en medallas.
Está fuertemente ligado a la cultura de ese país definida en parte, por la accidentada geografía de la Cordillera de los Andes, por la tradición campesina de madrugar y por la necesidad de transporte barato que demandan muchas personas en condiciones de pobreza del país.
«Este es un país muy pobre, muy humilde y obviamente nuestro ciclismo sale de muchas familias muy humildes», le explica a BBC Mundo el gerente de la Federación Colombiana de Ciclismo, Jorge Ovidio González.
La historia de Nairo Quintana y de Rigoberto Urán es reflejo de ese país. O de dos, mejor, porque aunque ambos representan muy bien los anhelos y la obstinación de los jóvenes colombianos, provienen de regiones muy distintas.
«Cada uno quiere ganar para su equipo, no corren por el país, corren para sus marcas profesionales»
Jorge Ovidio González, gerente de la Federación Colombiana de Ciclismo
Nairo Quintana nació en una vereda cerca al pueblo de Cómbita, en Boyacá, en el oriente del país, y desde muy niño utilizó la bicicleta para acortar los 18 kilómetros de camino de su casa a la escuela. Sus padres, unos humildes campesinos, con cinco hijos, le regalaron la bicicleta a Nairo para que pudiera estudiar, cosa que ellos mismos nunca pudieron hacer.
Nairo Quintana muchas veces regresaba con su hermana sentada en el timón de la bicicleta, subiendo la cuesta de regreso.
Rigoberto Urán nació en Urrao, en el departamento de Antioquia, al noroccidente del país. Heredó la pasión por la bicicleta de su papá, con quien en su adolescencia recorría las calles vendiendo ‘chance’ -un derivado de apuestas de las loterías en Colombia- después del colegio.
Tras el doloroso asesinato de su papá por paramilitares cuando tenía 14 años, Urán se aferró a la bicicleta. Vendía lotería para mantener a su mamá y hermana, pero a los cuatro años ya había consolidado parte de su carrera y estaba entrenando en Europa.
No es lo mismo
«Toda Colombia quiere que gane el Giro un colombiano, pero cada uno tenemos nuestra fanaticada», explicó Quintana en la víspera de la semana decisiva del Giro, dejando en claro las diferencias regionales que hay entre él y Urán.
El periodista colombiano Luis Fernando Restrepo, experto en ciclismo, recuerda los primeros pasos de esa rivalidad.
«Desde el comienzo del ciclismo colombiano se destacaron corredores cundiboyacenses (de los departamentos de Cundinamarca y Boyacá) y antioqueños (del departamento de Antioquia)», explicó.
«El ‘creador’ de la Vuelta a Colombia, el autor intelectual, fue también el primer ganador, Efraín «Zipa» Forero en 1951. Era de Zipaquirá, Cundinamarca. Pero el primer gran ‘monstruo’ fue el antioqueño Ramón Hoyos Vallejos, quien ganó la Vuelta a Colombia cinco veces (1953-1956, 1958)».
«Si tú estás sentada en una mesa con Nairo Quintana y Rigo, se ven dos compañeros que se preocupan por el uno por el otro y por el bienestar del ciclismo en Colombia. Entre ellos no existe esa rivalidad personal»
David Marín, editor de www.lacadenilla.blogspot.co
Desde ese entonces hubo alternancia en la hegemonía entre ambas regiones, hasta que llegó el boyacense Rafael Antonio Niño en 1970 y se convirtió en el máximo ganador de la Vuelta a Colombia con seis victorias.
«Hay que mencionar a Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez, Roberto ‘Pajarito’ Buitrago, Luis ‘Lucho’ Herrera o el mismo Santiago Botero. En los años de auge el ciclismo se vivió con mucha intensidad», comentó Restrepo.
«En el apogeo de la Vuelta a Colombia, en los setenta y ochenta, sí había mucha rivalidad entre las regiones. Les tiraban cosas, les decían de todo, cuando un ciclista de una región pasaba por la otra».
Restrepo destaca una diferencia clara entre ambos semilleros de ciclistas.
«Todos los ciclistas colombianos son buenos escaladores por naturaleza. Pero, mientras los antioqueños también han explorado otras pruebas, los cundiboyacenses por razones geográficas, de convivencia con la montaña, han sido más escaladores», señaló haciendo referencia a que las mayores victorias en pruebas de un día han llegado de Antioquia, mientras que en las grandes vueltas de Europa han destacado más los de Cundinamarca y Boyacá.
«Rivales a morir»
Quintana y Urán hacen parte de los 15 ciclistas profesionales colombianos que participan este año en Italia.
Pero como aclara el gerente de la federación colombiana, si bien «como profesionales son rivales a morir, cada uno quiere ganar para su equipo, no corren por el país, corren para sus marcas».
Más de 200 ciclistas profesionales de varios países del mundo participan en la carrera.
David Marín, analista de ciclismo y editor del Blog www.lacadenilla.blogspot.com y de la revista especializada online Las Bielas, dijo a BBC Mundo que esa rivalidad deportiva entre los dos ciclistas es «sana» y la dejan en la bicicleta.
«Si tú estás sentada en una mesa con Nairo Quintana y Rigo, se ven dos compañeros que se preocupan por el uno por el otro y por el bienestar del ciclismo en Colombia. Entre ellos no existe esa rivalidad personal», asegura Marín.
«Eso es lo más lindo que tiene el ciclismo y no sólo ocurre en Colombia, sino en todo el mundo. Es un deporte tan peligroso, se arriesga tanto la vida todos los días, que lo único que hay ahí es compañerismo», agrega.
Sobre la rivalidad regional en torno a los Quintana y Urán hubo un consenso entre nuestros entrevistados: es algo más del pasado y, aunque los dos ciclistas son grandes ídolos en Boyacá y Antioquia respectivamente, no hay duda de que en Colombia su éxito une al país en vez de dividirlo.
El Giro de Italia llegará a su fin el 1 de junio, día que servirá de termómetro para saber qué tanto se celebra en Boyacá o Antioquia dependiendo de quién aparezca en lo más alto del podio vestido de rosa.
Fuente: BBC Mundo