La investigación del avión de Malaysia Airlines desaparecido con 239 personas a bordo el 8 de marzo trabaja hoy en el simulador de vuelo creado por el piloto en su propia casa y en recuperar los datos borrados.
«Hemos llamado a expertos internacionales y nacionales para examinar el simulador del piloto. Hay cierta información borrada y estamos tratando de recuperarla», dijo el ministro de Defensa e interino de Transportes de Malasia, Hishamudin Husein, en rueda de prensa en Penang, a unos 50 kilómetros de Kuala Lumpur.
Fuentes próximas a la investigación indicaron que el programa tiene simulaciones de aterrizajes en Maldivas, Sri Lanka, el sur de India y en la base militar estadounidense de Diego García, datos estos que no fueron confirmados o desmentidos en la rueda de prensa.
El simulador lo encontró la policía en la vivienda del piloto, el capitán Zaharie Ahmad Shah, que registraron el sábado pasado, después de que el primer ministro de Malasia, Najib Razak, anunciase que el avión apagó los sistemas de comunicaciones y cambió de rumbo de manera deliberada.
El programa no era un secreto porque el propio piloto había revelado su creación en un foro alemán de internet.
La policía malasia también investiga al copiloto, Fariq Ab Hamid, de 29 años,
«Todos los pasajeros, la tripulación y el personal de tierra que trabajaron en el aparato están siendo investigados», dijo el ministro.
El avión llevaba cuando despegó 153 ciudadanos chinos, 50 malasios (12 forman la tripulación), 7 indonesios, 6 australianos, 5 indios, 4 franceses, 3 estadounidenses, 2 neozelandeses, 2 ucranianos, 2 canadienses, 1 ruso, 1 holandés, 1 taiwanés, y 2 iraníes que embarcaron con pasaportes robados a un italiano y un austríaco.
La policía determinó en su día que los impostores iraníes no tenían lazos con el terrorismo y que se trataba de personas que buscaban mejorar sus vidas en Europa.
«Hemos recibido los antecedentes de los pasajeros (extranjeros) de todos los países salvo Ucrania y Rusia. Hasta la fecha, no hemos encontrado ninguna información relevante», manifestó el ministro.
El MH370 despegó de Kuala Lumpur a las 00.41 hora local del sábado 8 de marzo (16.41 GMT del viernes 7) y tenía previsto aterrizar en Pekín unas seis horas más tarde, pero desapareció de los radares 40 minutos después de despegar y desde entonces no se sabe nada de él ni se han encontrado restos.
Se conoce que el avión cambió de rumbo y llegó al Estrecho de Malaca, pero nada más con certeza a partir de ahí.
Veintiséis naciones participan en su búsqueda en dos corredores, uno que se extiende desde Indonesia hasta el sur de océano Índico y otro que abarca desde el norte de Tailandia hasta Kazajistán y Turkmenistán.
«Sobre la información de que el avión habría sido avistado en Maldivas, no es cierto», afirmó el ministro malasio.
Testigos de la isla de Kuda Huvadhoo vieron una gran aeronave que volaba a baja altitud y hacía mucho ruido sobre las 06.15 (01.15 GMT) del 8 de marzo.
El ministro explicó que han dividido las operaciones en tres grupos: uno diplomático (hay países todavía reacios a compartir información delicada), otro logístico y un tercero técnico.
Malasia conserva el papel de país coordinador, pero ha delegado en otras naciones parte de las operaciones ante la vasta zona que se debe registrar, de 2,2 millones de millas náuticas cuadradas o 5,6 millones de kilómetros cuadrados.
LAS INVESTIGACIONES DEL VUELO MH370 CONTINÚAN
El hecho de que Tailandia no compartiese hasta esta semana datos, recogidos por sus radares sobre el aparato poco después de que Malasia perdiese el contacto, cuestiona las prácticas de algunos países que han optado por no distribuir información de inteligencia militar.
«Puedo confirmar que hemos recibido datos de radares, pero no puedo revelar información de otras naciones», dijo Hishamudin, quien apeló a los gobiernos que cooperan a que compartan cualquier dato que ayude en la investigación.
Los más molestos con la investigación son algunos de los familiares de los desaparecidos, como los que irrumpieron hoy en la sala de prensa donde comparecían las autoridades malasias.
«¡Por favor, díganme dónde está mi hijo, dónde se encuentra!», gritó entre lágrimas una ciudadana china antes de ser desalojada, informa el diario local Malaysian Insider.
Familiares de los viajeros chinos que iban a bordo del vuelo desaparecido amenazaron ayer en Pekín con protagonizar una huelga de hambre de protesta hasta que Malasia les proporcione información veraz sobre el paradero de sus allegados.
El ministro Hishamudin anunció hoy que un equipo de alto nivel viajará «inmediatamente» a Pekín para informar a los familiares sobre los «últimos acontecimientos».
Fuente: EFE