Mié. Sep 18th, 2024

Luego del triunfo electoral que ratificó a Jaime Nebot para un cuarto periodo consecutivo, la expectativa se centra en el cumplimiento de las obras que postergó el alcalde social cristiano en sus 14 años de administración, lo que convirtió a la ciudad más poblada del Ecuador (2,5 millones de habitantes) en una de las más inequitativas del país y la región, según cifras oficiales.

La campaña electoral fue el escenario para reconocer aciertos, pero también para desnudar falencias del modelo socialcristiano, que tiene cuestionamientos especialmente de barrios populosos que se sienten excluidos de la obra municipal.

Un 40 % aproximadamente de la población guayaquileña, según cifras del Consejo Nacional Electoral, expresó mediante su voto no estar de acuerdo con la política de administración de Nebot.

Entre los principales desafíos del Alcalde está ampliar los linderos de la urbe para dotar a toda la ciudad de servicios básicos como alcantarillado, agua potable de calidad, vialidad, transporte digno, vivienda y un eficiente servicio de recolección de basura.

Guayaquil ciudad incluyente
Guayaquil ciudad incluyente

También hacer correctivos en la política de represión hacia los comerciantes informales, descentralizar la atención municipal, revisar el manejo de las fundaciones municipales, disminuir la tasa de desempleo que bordea el 8% (el doble que en el resto de ciudades del Ecuador, según estudios de la Secretaría Nacional de Planificación), entre otros proyectos para recuperar la condición de ‘capital económica del Ecuador’, título que ahora lo ostenta la ciudad de Quito.

Habitantes de cooperativas del Guasmo Sur reclaman que pese a tener 40 años de residir en esa zona no han recibido atención municipal como sí ha ocurrido en otros barrios más nuevos del cantón.

“Por ser pobres nos han tenido sin calles pavimentadas, sin alcantarillado, sin proyectos de atención comunitaria. Solo en la campaña electoral movieron maquinaria para dizque trabajar en esta zona. Ojalá ahora sí nos den el esperado alcantarillado y cierren las zanjas de la muerte que han permanecido por décadas aquí”, expresa Patricia Paz, moradora de la cooperativa Unión de Bananeros.

Durante un foro a fines de 2013, Marcela Aguiñaga, segunda vicepresidenta de la Asamblea, expuso el destino inequitativo del presupuesto municipal. La asambleísta guayaquileña explicó que la inversión en regeneración urbana del Municipio en sectores de clase media (Urdesa) alta es de 52 dólares por habitante, mientras que en otros (Bastión Popular) la cifra se reduce a tan solo 9 dólares.

Pese a estas cifras, durante la reciente campaña electoral Nebot ratificó la continuidad de su modelo, al que califica de “exitoso”. Con ese proyecto pretende llegar en estos últimos cuatro años al 100% de la población con servicios básicos. También dijo que mejorará el servicio de transporte Metrovía -donde los usuarios viajan apretujados- con la implementación de más unidades y un aerobús, cuyo costo deberá ajustarse a la realidad económica de los guayaquileños.

También en su último periodo ofreció dotar de áreas verdes a la ciudad, que presenta uno de los mayores déficits en ese sentido en el país (apenas 1.3 de los 9 metros cuadrados que recomienda la OMS), hacer el dragado del canal de ingreso al Puerto de Guayaquil (para beneficiar a 13 puertos privados y 2 públicos), continuar con la regeneración de barrios, regalo de tablets a los bachilleres de planteles fiscales, no subir los impuestos, entre otros programas.

Xavier Flores, analista político, sostiene que estas ofertas no aspiran sino a la continuación de sus administraciones anteriores. “El alcalde Nebot no ha ofrecido mayores obras novedosas, salvo un transporte aéreo para el usuario que ‘pueda pagarlo’ y una rueda moscovita en el malecón como la que existe en Londres”, señala.

Respecto al transporte aéreo, Flores considera que es una obra que no busca resolver el problema del tránsito de manera integral, sino satisfacer las aspiraciones de un grupo de la población con mayor capacidad adquisitiva, de allí que su implementación esté pensada para un público no popular, que tendrá que seguir utilizando el insuficiente transporte Metrovía, que tuvo un retraso de cinco años en implementar sus primeras tres troncales.

Al tiempo de cuestionar la visión de lucro en el proyecto de transporte, Flores subraya que la rueda moscovita en el malecón no es sustentable porque Guayaquil no tiene un flujo alto de turistas como otras ciudades del mundo y porque este proyecto implica una fuerte inversión y costos altos para su acceso. “Es posible que este proyecto quede en el abandono, como ese proyecto faraónico del árbol de navidad más grande del mundo”, puntualiza.

En su última reelección constitucional, Nebot deberá enfocarse ahora en los barrios donde su obra aún está pendiente y devolver con trabajo la confianza depositada en las urnas.

Mientras, la oposición ha advertido fiscalización desde el concejo cantonal y desde distintas “trincheras”, como ha señalado la candidata Viviana Bonilla, del oficialista movimiento PAÍS.

“Hemos sembrado la inquietud en los guayaquileños que debemos virar la cara a los demás donde no llega la obra pública. Los guayaquileños saben que se puede hacer mucho más”, expresó Bonilla al reconocer los resultados electorales preliminares.


Fuente: Andes