El presidente de Ecuador, Rafael Correa, cumplió hoy un año de su reelección como jefe del Estado y dedicó la jornada a actividades políticas que aprovechó para alertar al país del riesgo de desestabilización si la derecha gana la alcaldía de Quito en las elecciones locales del próximo domingo.
Ecuador celebrará el domingo elecciones para elegir alcaldes, prefectos de las provincias, concejales y vocales de juntas parroquiales y el oficialista Movimiento Alianza País (AP), que lidera Correa, quiere aprovechar la oportunidad para extender territorialmente su poder.
Además del poder Ejecutivo, el partido gobernante domina la Asamblea Nacional (Parlamento) con 100 de los 137 escaños logrados hace hoy un año, cuando fue reelegido el presidente, en cuya agenda no hubo este lunes espacio para celebrar aquella victoria en aquellas elecciones, sino para preparar las del domingo.
El mandatario, que goza de licencia otorgada por la Asamblea para participar en actividades de campaña, tuvo a primera hora de la jornada un encuentro con brigadistas de los barrios del sur de Quito y más tarde un almuerzo popular en esa parte de la ciudad.
Y es que AP está volcada en la lucha electoral por la alcaldía capitalina, por eso Correa pidió apoyo a la reelección del oficialista Augusto Barrera como alcalde para evitar que ocurra lo de Venezuela, Argentina y Bolivia, donde, según dijo, la oposición «enquistada en la capital» trata de «desestabilizar a los gobiernos nacionales progresistas».
El alcalde oficialista Barrera y Mauricio Rodas, de la alianza Suma-Vive, simbolizan la polarización en el electorado quiteño.
Correa ha asegurado que en los comicios municipales en la capital está en juego la estabilidad política del país y ha llamado a los ciudadanos a apoyar a Barrera para continuar el proceso de la «Revolución Ciudadana», como denomina a su estrategia de Gobierno.
El popular mandatario izquierdista, en una entrevista radial, reconoció este lunes que si gana Rodas, a quien ubica como un opositor de derecha, podría ocurrir lo que dice pasa con otros gobiernos progresistas como los de Venezuela, Bolivia o Argentina.
Según Correa, si Rodas triunfa, podría producirse una situación similar a la de Venezuela, «donde todos los días (el presidente Nicolás Maduro) tiene oposiciones en la propia Caracas», o como en Argentina, donde la mandataria Cristina Fernández, «todos los días tiene reclamos y protestas en la capital, porque está en manos de la derecha».
LA REVOLUCIÓN CIUDADANA
ESTÁ EN RIESGO
«La Revolución Ciudadana también está en juego, porque esta es la táctica que han utilizado en Venezuela, en Argentina, en Bolivia, en determinadas ciudades: enquistarse en los gobiernos locales para ir a desestabilizar al Gobierno nacional progresista o de izquierda. Esa es la táctica de la derecha», insistió el mandatario.
Correa no aludió públicamente al aniversario de su reelección, que logró en primera vuelta con el 57,7 % de los votos frente al 22,2 % que logró su principal contendiente, Guillermo Lasso, de Creando Oportunidades (Creo).
Con una popularidad que siempre ha rondado el 80 %, según las encuestas, el gobernante cumplió el pasado 15 de enero, además, siete años ininterrumpidos en el poder, periodo del que él destaca la «revolución en la educación», además de logros en la lucha contra la pobreza y en la creación de empleo.
Entre los asuntos por los que ha recibido críticas figuran, junto a una excesiva dependencia financiera de China, un cierto acercamiento político a países como Irán, aunque el Ejecutivo defiende su derecho a diversificar sus relaciones internacionales.
Asimismo, ha recibido críticas por supuestas restricciones a la libertad de expresión llegadas con la promulgación de una ley de comunicación que la oposición califica de «mordaza», pero que el Ejecutivo asegura sirve para controlar lo que considera «abusos» de ciertos medios de comunicación.