El volcán Tungurahua mantiene una actividad alta, caracterizada por la emanación de columnas de ceniza que se ha depositado en diversas poblaciones del centro y sur del país.
Según el Instituto Geofísico, la actividad del volcán bajó hoy su actividad con respecto a ayer con explosiones entre «pequeñas a moderadas» con la generación de nubes de ceniza «más o menos continuas».
«Está activo, pero no tanto como ayer en la tarde. Ha bajado un poco la actividad, pero todavía se considera alto», apuntó la experta, Alexandra Alvarado, técnica del Instituto Geofísico, quien añadió en declaraciones a Efe que la ceniza del coloso ha caído sobre varias poblaciones de cinco provincias del país: Tungurahua, Chimborazo, Bolívar, Azuay y Cañar.
Por la ceniza, se suspendieron por varias horas los vuelos hacia la ciudad de Cuenca (sur), indicó la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) que apuntó que la medida se adoptó por precaución.
Se mantiene la alerta naranja declarada ayer en las zonas consideradas de alto riesgo en las provincias de Tungurahua y Chimborazo para agilizar la ayuda requerida por la población que ha visto en la caída de ceniza su mayor inconveniente hasta el momento.
El Sistema Integrado de Seguridad Ecu911 Ambato registró hoy en sus cámaras varias explosiones de diferente intensidad con contenido de ceniza, la más importante alcanzó una altura de 3 kilómetros, según el Instituto Geofísico.
El sistema de seguridad Ecu911 Quito informó de que el fin de semana se evacuaron poblaciones cercanas al volcán para evitar afectaciones mayores por la reactivación del coloso.
Gerardo Ruiz tiene un cultivo de frutales en esa zona y el sábado, luego de la gran explosión, supo que no podría regresar a su casa en la localidad de Penipe, en el extremo del flanco sur de la montaña, donde vuelve cada noche después de acudir a Bilbao para cuidar su plantación.
«Otros también se quedaron, pero la mayoría fue evacuada», señaló Ruiz a Efe al contar que un autobús escoltado por policías llegó al pueblo tras la explosión para llevarse a los habitantes de Bilbao. «Algunos que teníamos que ir a Penipe nos quedamos, porque la explosión cortó el paso por la quebrada de Chontapamba», agregó.
«Siempre quedan algunos para cuidar las pertenencias», añadió el campesino y remarcó: «Aquí hemos nacido y aquí hemos construido nuestra vida. Ya hemos aprendido a vivir con el volcán», añadió Ruiz, mientras esperaba durante la mañana que los que fueron evacuados regresen al pueblo para continuar con la vida.
Las autoridades han dispuesto la entrega de mascarillas a la población, que se ha organizado también para limpiar la ceniza depositada en techos, aceras y calles, entre otros, mientras los campesinos temen la pérdida de sus cultivos dañados por el polvo volcánico.
Según el Instituto, ayer se produjeron tres explosiones y tras la tercera «bajaron violentamente por todos los flancos del volcán piroclásticos que descendieron hasta las partes bajas del cono».
Los flujos alcanzaron la parte baja de la quebrada de Achupashal y cortaron la vía Baños-Penipe, a la vez que algunos de ellos impactaron contra los instrumentos de monitorización en las quebradas de Vazcun, Achupashal, Juive.
El volcán reportó un incremento de su actividad el pasado jueves tras registrarse varias explosiones leves que rompieron casi cuatro meses de relativa quietud en el coloso.
El Tungurahua, de 5.016 metros de altura y situado a unos 80 kilómetros al sur de Quito, comenzó su actual proceso eruptivo en 1999 y desde entonces ha intercalado periodos de fuerte actividad con lapsos de relativa calma.
Este coloso integra el más de medio centenar de volcanes con los que cuenta Ecuador y, junto al Reventador y el Sangay, forma parte de los más activos del país. EFE