Dirigentes indígenas de la Amazonía ecuatoriana, que exigen una multimillonaria indemnización a la petrolera estadounidense Chevron, aceptaron la posibilidad de perder un proceso contra ellos y sus abogados que inició hoy ante el juez federal Lewis Kaplan, en Nueva York.
«La mayor probabilidad es que vamos a perder este proceso», aseguró en rueda de prensa Juan Pablo Sáenz, uno de los abogados en la causa contra Chevron, que calificó el juicio iniciado hoy ante el juez Kaplan como una «injusticia», en la que las víctimas aparecen como «delincuentes».
El juicio por fraude y extorsión en contra de un abogado (Steven Donziger) y los asesores de los indígenas arrancó hoy en Nueva York con la presentación de los argumentos iniciales de las partes.
Los indígenas, que ganaron un juicio ambiental a Chevron en Ecuador, expresaron hoy su indignación porque la petrolera les ha acusado a ellos y a sus abogados de «conspiración y extorsión».
«Es una injusticia, es una infamia, es algo que no se había visto en la historia del derecho, es un día triste para ser abogado», añadió Sáenz al recordar que se trata de un proceso instaurado bajo la denominada «ley Rico», establecida en la década de los años setenta contra las bandas mafiosas en EE.UU.
Además, remarcó que, a pedido de la petrolera, el juicio no contará con jurado, por lo que insistió en que es «imposible» que los indígenas puedan «tener justicia en la corte de Kaplan».
No obstante, el abogado remarcó que cualquier fallo negativo que salga de este proceso no tendría ningún efecto en la ejecución de la condena a la que fue sometida Chevron en las cortes ecuatorianas.
La Corte de la provincia ecuatoriana de Sucumbíos condenó en 2011 a la petrolera a pagar más de 19.000 millones de dólares de indemnización por los graves daños que se le imputan haber dejado en la Amazonía durante el tiempo en que operó en Ecuador, entre 1962 y 1990.
Según Sáenz, Chevron con el juicio ante el juez Kaplan, va «a poder ganar tiempo», pero reiteró que los demandantes van «seguir en esta pelea hasta cobrarle el último centavo» a la petrolera.
De su lado, otro de los abogados, Pablo Fajardo, en la misma rueda de prensa, acompañado por varios indígenas demandantes, hizo un llamamiento a los Estados y a las organizaciones sociales de América Latina a solidarizarse con la causa de los pueblos amazónicos de Ecuador.
Estamos, dijo Fajardo, en una «campaña» para pedir «solidaridad al mundo entero para que estos crímenes no queden en la impunidad» e insistió en que los demandantes continuarán con las acciones de cobro de la condena a la petrolera en varios países del mundo.
Recordó que actualmente hay procesos de ejecución de la sentencia en Canadá, Brasil y Argentina, pero no descartó extender el mapa de posibilidades.
«Hemos hecho un barrido en el mundo para ver dónde están los activos de Chevron. Están dispersos en más de 60 países», apuntó Fajardo.
El indígena Humberto Piaguaje, por su parte, resaltó que el proceso central contra Chevron, por contaminación en la Amazonía, empezó el 3 de noviembre de 1993 y dijo estar indignado de que hoy los demandantes sean «acusados como delincuentes».
«Estamos indignados por la prepotencia de la empresa» estadounidense, añadió Piaguaje al exclamar: «Nosotros no somos criminales (…), defendemos la vida y la naturaleza. Chevron es culpable, es criminal y tiene que pagar». EFE