«Yasuní debe quedarse bajo tierra ya que la supuesta afectación ambiental de solamente el 1 por mil del Parque Yasuní es falsa. Así la tecnología actual lo permitiera en la etapa inicial, que no es el caso, los trabajos que se realicen definitivamente generarán los usuales efectos adversos e irreversibles en el ambiente así como en los pueblos en aislamiento voluntario Tagaeri y Taromenane que se encuentran dentro y alrededor del parque».
Además enfatizó que el montó de 18 mil dólares que se obtendrá por la explotación no logrará reducir los índices de pobreza en el país, debido a que “Si recibiendo 64 mil millones de dólares en siete años no ha podido (el gobierno) ser capaz de superar de forma significativa la pobreza qué nos hace pensar que lo lograríamos con 18 mil que es cuatro veces menos” señaló.
Mientras tanto el presidente de la República, Rafael Correa, indicó en cadena nacional de fecha 12 de septiembre que “Yasuní seguirá viviendo y la pobreza reducirá” Además hizó un llamado a la confianza y citó “La historia nos juzgará”
Frente a esta situación Rodas plantea que existe otras alternativas que permitirán obtener recursos económicos al país. Por ejemplo habla de la reducción del gasto en las propagandas políticas por parte del gobierno, reducción de rubros inneceasarios (viáticos, viajes y guardaespaldas que conforman el aparataje estatal) y la necesidad de focalizar de forma adecuada algunos subsidios para que las personas más necesitadas sean las únicas beneficiadas.
De esta manera la aprobación de la explotación de Yasuní es un tema aún en debate en la Comisión de Biodiversidad de la Asamblea Nacional.
También aún los sectores sociales y las organizaciones afines a la no explotación de Yasuní esperan que la Corte Constitucional (CC) acepte la solicitud para realizar la Consulta Popular al pueblo ecuatoriano.
Dato
Yasuní se encuentra en las provincias de Pastaza y Orellana entre el río Napo y el río Curaray en plena cuenca amazónica a unos 250 kilómetros al sureste de Quito.