Durante los últimos cinco años fue uno de los animales que más interés del público captó en el Zoológico de Quito, ubicado en Guayllabamba.
Carrión señaló que en las últimas semanas, el canguro lució cansado y a pesar de los cuidados del equipo de veterinarios y zoocuidadores, no pudo detenerse el deterioro de su salud pues el canguro experimentaba un envejecimiento natural irreversible.
Los animales de esta especie, oriunda de Australia, viven de 8 a 9 años y ‘Carlitos’ llegó al Zoológico de Quito en circunstancias especiales: ya era adulto, tenía más de dos años de edad cuando lo trajeron, y tras un período de cuarentena y chequeos médicos fue puesto en su casa de exhibición.
El funcionario indicó que, sin temor a equivocarse, se puede calcular en más de un millón el número de visitantes que lo vieron, pues el Zoológico de Quito en Guayllabamba recibe más de 200.000 visitantes
por año.
La exhibición del canguro fue una estrategia educativa aplicada por el Zoológico de Quito para llamar la atención de chicos y grandes sobre los marsupiales, una subclase de mamíferos que solo existen en Australia y América, según cuenta Carrión.
También las zarigüeyas son unos de los marsupiales andinos más conocidos y menos comprendidos.
Los marsupiales se caracterizan por un corto desarrollo en el útero materno y porque completan gran parte del crecimiento agarrados a las
glándulas mamarias en el interior de la bolsa marsupial o marsupio.
El Zoológico de Quito en Guayllabamba mantiene un importante centro de
rescate y una clínica veterinaria con altos estándares en cuidado animal, para desarrollar investigación y asistir especímenes de fauna nativa en riesgo, de modo que, bajo condiciones ideales, sean reinsertados en su medio natural.