Vie. Nov 22nd, 2024

Un día como hoy, hace cien años la Cruz Roja ingresó al Ecuador y desde entonces miles de corazones solidarios han integrado sus filas con la finalidad de ayudar y salvar vidas.

Inicio de la organización

En 1859, durante la guerra Franco-Prusiana, un banquero suizo llamado Henry Dunant viajaba cerca del pueblo de Solferino, lugar en el que se enfrentaban soldados de ambos bandos. Después de la batalla, encontró a más de nueve mil heridos que yacían amontonados.

Ayudado por las mujeres de Castiglione, auxilió a los heridos sin hacer distinción alguna de nacionalidad o uniforme. Conmovido por esa experiencia vivida, Henry Dunant escribió el libro ‘Un recuerdo de Solferino’. Ese texto se constituyó en la chispa que encendió la llama del nacimiento de la Cruz Roja en el mundo.

 

En Ecuador desde 1910

La idea de la Cruz Roja en Ecuador surge en 1910, ante la amenaza de un conflicto armado con el vecino país de Perú.

El 22 de abril de ese año, un grupo de médicos guayaquileños, preocupados por la posible necesidad de apoyo sanitario para los heridos del ejército, crearon la Cruz Roja Ecuatoriana adherida a la Sociedad Internacional de la Organización, en Ginebra.

 

La experiencia

David Castellano, es un joven de 25 años que lleva una década en las filas de la Cruz Roja. Maneja el grupo de voluntarios llamado Juventudes de la Junta Provincial de Pichincha.

A lo largo de estos diez años, David ha aprendido que la Cruz Roja, va mucho más allá de donar sangre y de saber primeros auxilios. Se trata de un trabajo integral con la comunidad, con el fin de prevenir el uso de drogas, el VIH y las enfermedades de transmisión sexual, entre otros males que atacan a la sociedad.

David, lleva con orgullo su camiseta de ‘cruzrojista’. Su rostro dibuja una gran sonrisa cuando habla de los jóvenes voluntarios que están a su cargo.

«Ellos son chicos muy especiales y siempre me enseñan algo. Son gente valiosa, pues en lugar de usar su tiempo libre en labores propias de su edad, vienen aquí a trabajar por la gente», expresa Castellano.

Una persona puede integrarse a la Cruz Roja desde los 13 años. Primero debe seguir un curso denominado ‘Malla Básica’. Allí aprende primeros auxilios, atención pre hospitalaria, gestión de riesgos y aprenden la filosofía de la organización que profesa un trabajo con humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, carácter voluntario y universalidad.

Una de las experiencias que más recuerda este joven, tuvo lugar en Tungurahua, cuando tras dos días de trabajar intensamente en la evacuación de la población ante el peligro de erupción del volcán, se olvidaron de sí mismos y no ingerienon alimentos en las 48 horas.

Henry Ochoa, es el coordinador del área de gestión de riesgos. Lleva media vida colaborando para la entidad. Sus líneas de acción son atención en emergencias, búsqueda, rescate, atención pre hospitalaria y salvamento.

A lo largo de su estancia en la Cruz Roja ha sido testigo de muchas tragedias, pero la que más recuerda es la del avión de Cubana de Aviación a fines de los noventa.

«Había gente prácticamente calcinada, que se quejaba de dolor», recuerda.

Personas como David y Henry, han sido voluntarios durante estos cien años de vida de la Cruz Roja, entidad que sirve a la humanidad sin distinció

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