Jue. Nov 21st, 2024

El tenista Andy Murray, con su triunfo en Wimbledon, rompió la racha negativa de tenistas británicos que no ganaban el certamen.

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El escocés se liberó por fin, a sus 26 años, de una pesada losa que cargaba hace varios años. El trofeo de Wimbledon fue una cuenta pendiente para el británico que llevaba la mochila del último triunfo de un tenista local que se registró en 1936.

 
Murray rompió su maldición en la pista central del All England Club, en 2012, al conquistar la medalla olímpica de Londres, pero todavía tenía que volver a ese escenario en el tercer Grand Slam de la temporada para levantar el trofeo del torneo más antiguo del mundo de este deporte.(esta fue la edición número 127).
La victoria sobre el número uno del mundo, el serbio Novak Djokvoic, pone fin a decenas de horas en la sala de prensa hablando sobre la presión que sufre cada vez que el Reino Unido se paraliza para verlo jugar en la central de Wimbledon.

 

Después de perder tres semifinales consecutivas en Londres y de haber caído en la final del año pasado ante el suizo Roger Federer, Murray salió esta vez a la pista convencido de que es uno de los grandes, capaz de ganar a cualquiera en un Grand Slam, como ya hizo en el último Abierto de Estados Unidos, donde también derrotó a Djokovic en el último partido.

 
El resultado de esa convicción es que el escocés inscribió su nombre, un renglón por debajo del de Fred Perry, en la lista de campeones británicos del torneo  que se juega en césped.
Entre ambos registros pasaron 77 años, todo un desierto para el tenis de las islas, que recuperó algo de orgullo tras el triunfo de l reconocido Murray.

 
Este hito es la consagración definitiva de un tenista que comenzó a jugar a los tres años dirigido por su madre Judy, una antigua entrenadora nacional de Escocia. Particular detalle en la vida de Murray es que estuvo a punto de formar parte del Glasgow Rangers (equipo de fútbol), pero su habilidad con la raqueta pesó más. Orgulloso.