Al menos dos pasajeros del vuelo 214 de Asiana Airlines murieron hoy y 16 sufrieron heridas graves cuando el aparato se estrelló al aterrizar en el aeropuerto internacional de San Francisco, según informaron fuentes del hospital general de la ciudad y autoridades locales.
Otras 60 personas se encuentran desaparecidas todavía, según el jefe del servicio de bomberos, citado por la cadena CNN.
El avión accidentado, un Boeing 777, llegaba desde Seúl con 291 pasajeros y 16 tripulantes a bordo, y no había señalado a la torre ninguna anomalía al encarar el aterrizaje, a las 11.36 hora local (18.36 GMT).
Fuentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) indicaron que no hay indicios de momento de ninguna acción terrorista relacionada con el suceso, según la cadena ABC7 News.
La Junta Nacional para la Seguridad en el Transporte (NTSB en inglés) ha desplazado a sus equipos al lugar del siniestro para investigar las causas. También la compañía Boeing ha ofrecido su colaboración técnica con el fin de esclarecer lo sucedido.
Aparentemente, el avión realizó la maniobra de aterrizaje con un ángulo anormal y golpeó la pista con la parte trasera al tomar tierra.
Como consecuencia de ello, el piloto perdió el control y el aparato se arrastró envuelto en una densa columna de humo blanco hasta que se detuvo.
Unas 190 personas pudieron escapar por dos puertas en el lado izquierdo de la aeronave empleando las rampas de hinchables para las salidas de emergencia, antes de que se prendiera fuego.
Los vídeos tomados por testigos y las estaciones de televisión muestran la parte alta del fuselaje del Boeing quemada hasta la mitad de la cabina, y los alerones de la derecha abollados, con la rotura de uno de los motores. La cola del avión aparece totalmente desprendida.
Un total de 48 personas requirieron hospitalización, según el departamento de bomberos de San Francisco.
La portavoz del Hospital General de la ciudad precisó que de los diez heridos que estaban siendo tratados allí, ocho eran adultos y dos niños, todos ellos con heridas graves como quemaduras, fracturas y traumatismos internos.
El alcalde de San Francisco, Ed Lee, pidió paciencia a la hora de hacer balances porque todavía hay pasajeros cuyo paradero se desconoce.
El cierre de las operaciones en el aeropuerto de San Francisco repercutió en la suspensión de vuelos o desvíos de aviones en cientos de aeropuertos de todo Estados Unidos.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue informado del suceso y dirigió su «pensamiento» y sus «plegarias» a todos los familiares que han perdido a un ser querido y a los afectados por el accidente, según un comunicado de la Casa Blanca.
El último accidente grave de aviación ocurrido en Estados Unidos se produjo el 12 de febrero de 2009, cuando un vuelo operado por Colgan Air, se estrelló en una vivienda cerca de la ciudad de Buffalo, en el estado de Nueva York.
En el accidente murieron las 49 personas que viajaban a bordo y un habitante de la casa donde se cayó el avión. EFE