A base de goles se abrió paso a lo largo de sus nueve años de carrera deportiva. Paladín, de Guayas fue el primer club que acogió al delantero, en 2004, cuando tenía 16 años.
Tuvo que pasar un año para que el puntero marque su primer y único gol, en 2005, en el club Espol, de Guayaquil. En el cuadro guayaquileño jugó cinco partidos oficiales.
Emelec fue su siguiente morada y en el cuadro del ‘ballet’ vivió sus mejores momentos deportivos.
Su puntería lo llevó a ser goleador de la sub 19 con el conjunto millonario, al marcar 21 goles en 19 juegos. Esta actuación le abrió la puerta para jugar en el primer plantel, del cuadro guayaquileño, con a penas 19 años.
Jaime Javier Ayoví Corozo saltaba a la primera plana del fútbol ecuatoriano y no desentonó. El artillero, en su primera temporada, con el primer plantel, marcó dos goles en 15 paticipaciones, en 2007.
Tres años bastaron para que el goleador se forje. En 2010 la pericia con el balón encumbró al esmeraldeño a la cima de goleadores de Ecuador con 23 tantos.
Con el pergamino de máximo anotador del campeonato, al siguiente año, tomó rumbo a México y alegró a miles de hinchas de Toulca y Pachuca, que gritaron sus goles, mientras jugó en los clubes. Fue tentado por los petro dólares, en 2012, y viajó a Al Nassr de Arabia. Ahora el deportista volvió a Ecuador para enrolarse a Liga de Quito, con la felicidad de volver a la tierra que lo vio nacer y con la promesa de ser goleador.