El Galo, sexto cabeza de serie de serie, se medirá por un puesto en la final contra el español David Ferrer. Habrá por tanto un nuevo finalista en Roland Garros. Si Ferrer vence, en seminifales, asegurará el cuarto puesto en el cicuito de la Sociación de Tenis Profesional (ATP), haga lo que haga su exitoso compatriota Rafael Nadal.
Desde Wimbledon 2010, con el checo Tomas Berdych, no había un finalista de Grand Slam que no fuera uno de los cuatro grandes. Todo esto se produce, cuando se cumplen 30 años del último triunfo de un francés (Yannick Noah) en el Grand Slam de tierra batida.
Tsonga será el primer semifinalista de esta nacionalidad en París, desde que en 2008, lo fuera Gael Monfils. Ahora puede convertirse en el primer francés que llega a la final de Roland Garros desde que en 2008 lo hiciera Henri Leconte
Tsonga y Ferrer llegaron al penúltimo escalón sin haber concedido ningún set.
Ambos tenistas se han medido en tres ocasiones, con dos victorias para el español, pero el galo se impuso en la única de ellas que se disputó al mejor de cinco sets, en Wimbledon de 2011.
Ferrer venció en Roma en 2010, en la única sobre tierra, y en el pasado Masters 1.000 de Bercy.
“No puedo soñar nada mejor, he jugado contra un gran campeón, alguien que lo ha ganado todo. Estoy feliz, no siempre voy a poder lograr algo como esto”, dijo Tsonga desde la pista.
“No me esperaba llegar hasta aquí sin perder ningún set, es energía que economizas. Pero Ferrer está igual que yo y además no ha perdido más de tres juegos por set, está muy en forma. Espero venir aquí y hacer un gran partido”, agregó el francés.
Tsonga confesó “tener ganas de gritar, de ir a abrazar a mi familia y a mis amigos”, pero señaló que ahora tiene que seguir concentrado para avanzar todavía más en el torneo.
La contundencia con la que venció a Federer demuestra el buen momento en el que el francés llega a esta recta final de Roland Garros. Alegría en París.