Las tres de la tarde es cuando menos gente suele haber en los supermercados de Caracas. Pero a esas horas, si lo que se busca es papel de baño, azúcar o harina, la respuesta de los empleados es: “Se acabó”.
Ver personas por las calles con bolsas llenas sólo con papel higiénico recién comprado y al entrar comprobar que no queda, deja claro que no es que no haya, sino que conseguirlos es fruto de una ardua peregrinación de establecimiento en establecimiento.
Otra estrategia habitual es darles una propina a los empleados para que avisen por SMS una vez llegan los productos más buscados.
Las amas de casa, cada vez que se topan con uno de los productos que saben que tal vez no vaya a haber el día que de verdad los necesiten, simplemente compran apresuradamente. Esta estrategia es lo que han llamado ‘compras nerviosas’ y en el caso del papel de baño ha llevado al gobierno a reforzar la oferta importando 39 millones de rollos higiénicos más.
En medio de la escasez, Maduro habla de especuladores. Resulta fácil imaginar que el papel de cocina o las servilletas son los sustitutivos naturales del papel.
Porque cuando falta, aunque los más pudientes se puedan permitir usar toallitas húmedas de bebé, lo normal es usar este tipo de productos. Lo siguiente, claro, es agua y jabón.
La Coca Cola podría escasear
El problema está en que el papel de baño no es lo primero que desaparece de las estanterías y la sensación es que podría haber otros productos próximos a escasear del mercado.
De momento, quien ya ha advertido de que una huelga en su planta envasadora pone en peligro el suministro es la Coca-Cola. La bebida podría desaparecer de las estanterías en los próximos días. Crece el nerviosismo.