La elocuencia de esta mañana que desató las carcajadas de los periodistas en la rueda de prensa se quedó esta noche en un «me quiero sentar» que, saliendo de su boca, hizo sonreír a la audiencia, mientras dejaba en evidencia el peso de sus 87 años.
El equipo de la película, encabezado por el director Daniel Noah, descendió las escaleras de la sala que se construyó con motivo de la sexagésima edición del certamen, mientras que Lewis accedió por una puerta lateral, debido a sus dificultades motoras.
Inmediatamente tomó asiento, y cuando el delegado general del festival, Thierry Frémaux, le preguntó si quería decir algunas palabras antes de que se encendiera el proyector, el actor de «My friend Irma» (1949) respondió, como si de un «gag» se tratara, un sonoro «no», que provocó la risa entre el público.
Los fotógrafos profesionales y los asistentes armados de cámaras de fotos se amontonaron junto a las butacas para intentar retratar a un actor de otra época, con sesenta años de vida en la pantalla, que conserva la vitalidad y el humor.
Acudieron a este pase honorífico algunas personalidades del cine presentes en Cannes, como las directoras Isabel Coixet y Agnès Varda, ambas representantes del jurado de la Cámara de Oro, galardón al que opta «Max Rose» como ópera prima.
Frémaux también agradeció su presencia al actor Daniel Auteuil, miembro del jurado de la competición oficial.
Lewis encarna en esta película a un pianista de jazz retirado que, tras la muerte de su mujer, descubre que su idílico matrimonio de más de medio siglo, no era tan perfecto como aparentaba.
Quien se dio a conocer como cantante de jazz de Jimmy Dorsey y Ted Fiorito confesó esta mañana que esta cinta suponía una nueva aventura en su trayectoria.
Se definió como un «loco payaso que ha estado haciendo lo mismo durante sesenta años», por lo que este proyecto diferente supone una gran aportación a su experiencia como actor.
Originario de Newark, en el estado de New Jersey (Estado Unidos), Lewis, en sus inicios, formó pareja humorística con el actor y cantante Dean Martin, hasta que en 1956 decidió continuar en solitario.
Abrió entonces su abanico profesional y se lanzó a la escritura de guiones, la dirección y la producción.
Con alrededor de setenta filmes a sus espaldas, Lewis es recordado por sus papeles en «Sailor Beware» (1952), de Hal Walter, o «Way… Way Out» (1966), de Gordon Douglas.
Además de por sus propias cintas, como «The Ladies Man» (1961), «The nuty professor» (1963), «The Patsy» (1964), «Three on a couch» (1966) o «Which Way to the Front?» (1970).
El Festival de Cannes honra con la proyección de «Max Rose» a un referente de la historia del cine cuya mayor recompensa es el haber hecho reír a espectadores de todas las edades y de todo el mundo. EFE