Jue. Nov 21st, 2024

Florentino Pérez anunció el final del ciclo de Jose Mourinho en el Real Madrid, el cierre de un trienio agitado, con algún éxito, unos cuantos sinsabores y la reciente sensación de fracaso asumida por el propio preparador, que deja tras su paso un puñado de damnificados en la etapa menos brillante en su carrera como entrenador.

mourinhoEl presidente del club blanco, poco dado al ruido, a los excesos y a las estridencias, pretendió dar forma a una despedida anunciada. Expresar cierta concordia entre dos partes, club y cuerpo técnico, que han entendido que el período del portugués en el banquillo blanco ha quedado liquidado.

Florentino Pérez, que renovó a Mourinho el pasado año, pretendió camuflar las distancias de ahora, existentes desde hace tiempo, una vez que los resultados deportivos tampoco han servido como argumentos para justificar una continuidad innecesaria.

La ofuscación con el árbitro de la final de la Copa el Rey, Clos Gómez, el camino emprendido hacia los vestuarios, expulsado, y su ausencia en la entrega del premio de subcampeón en el palco del estadio Santiago Bernabeu, es la imagen más reciente del técnico luso. La que seguramente resuma su tránsito por el Real Madrid y la que delate una pauta de proceder.

Mourinho seguirá de forma oficial como entrenador del Real Madrid hasta el final de la Liga. Un trámite asumido por las partes para evitar más desasosiego. Para dar moderación a un trasvase de poderes hacia un nuevo ciclo.

La derrota en la final de la Copa del Rey supuso el cierre de un curso errático, su última oportunidad. Perdió una Liga que despreció prematuramente y se quedó otra vez a medio camino del éxito en Europa en una temporada que acabó con el divorcio evidente entre el entrenador portugués y una parte del vestuario.

El paso de Mourinho por la entidad blanca estará más cargada de polémicas que de títulos. A la Supercopa obtenida en la apertura del ejercicio, un logro prometedor pero exiguo, añade el técnico una Copa del Rey y una Liga, la de los récords. Su trofeo más reputado, conquistado ante el mejor Barcelona de todos los tiempos.

Estos títulos, la capacidad para discutir sobre el terreno de juego la autoridad azulgrana y el retorno a la primera fila europea, con tres semifinales en la Liga de Campeones, un hecho inédito para el cuadro blanco en casi toda la primera década del siglo veintiuno, son el único brillo en la hoja de servicios del luso.

A lo largo de este trayecto, Mourinho ha mantenido una permanente pelea contra el mundo. Chocó con entrenadores, tuvo encontronazos con árbitros, diferencias con jugadores propios y ajenos, instituciones, periodistas e incluso miembros del club como Jorge Valdano.

El vestuario que hace un año cerraba filas con su técnico, ha terminado por darle la espalda. Iker Casillas y uno de sus fieles, el portugués Pepe, son los más sonados. También los más recientes. Pero antaño acumuló unos cuantos damnificados.

La mala gestión del asunto de la portería, que acometió como un asunto personal contra Casillas, terminó por volverse en su contra. Comprobó que el vestuario le había dejado solo. Como antes ocurrió con la grada.

«He fracasado esta temporada», admitió sin tapujos Mourinho en su comparecencia tras perder la final de Copa del Rey ante el Atlético de Madrid. «Es mi peor temporada, una que para muchos sería buena por quedarse cerca, para mi es pésima porque nunca me quedé sin ganar un título importante y la Supercopa es poco», añadió.

Y es cierto, ya que Mourinho se marchará del Real Madrid habiendo ganado tres títulos en tres años. De once triunfos posibles condujo al éxito en tres ocasiones al Real Madrid, una media baja comparada con la exitosa fama con la que llegó al club blanco por un pasado repleto de títulos.

Mourinho llegó a ser considerado como el mejor entrenador del mundo en dos años consecutivos, 2004 y 2005, según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS). También fue reconocido con el FIFA Balón de Oro 2010 como mejor técnico de esa temporada. Sus premios individuales dejaron de llegar desde que aterrizó en el Real Madrid.

Tras sus inicios en cortas etapas en el Benfica y Uniao de Leiria, dirigiendo a clubes grandes Mourinho siempre aseguró más títulos de importancia que en el Real Madrid. Su fama se cosechó en el Oporto portugués, donde en dos campañas y media ganó 91 partidos de 127 para conquistar una Liga de Campeones, una UEFA, dos Ligas, una Copa y una Supercopa de Portugal.

Con el Chelsea mantuvo su promedio de títulos importantes por temporada. De 185 partidos venció en 124 y dio al club inglés dos Ligas inglesas, dos Copa de la Liga, una FA Cup y una Community Shield en tres campañas.

En su aventura italiana en el Inter de Milán continuó con sus éxitos para aumentar a 17 los títulos conquistados en su carrera como entrenador, tras dos temporadas en las que conquistó una Liga de Campeones, dos Ligas, una Copa y una Supercopa de Italia, con 67 victorias en 108 partidos. EFE