La vida comienza a ser más normal para Tiger Woods desde su llegada el domingo al Augusta National, el club que acoge el Masters, el primer torneo de Grand Slam del año, que comienza hoy y cuyo corazón late con fuerza, por la presencia del mejor golfista del mundo.
Tiger eligió a Augusta y a su seguro y amable entorno para reaparecer, después de casi cinco meses alejado de la competición por sus problemas domésticos y su adicción, ésta ya conocida en cada rincón del planeta. El sexo desmesurado y oculto resquebrajó su matrimonio, espantó a patrocinadores y lo llevó directo al diván del psicoterapeuta.
LO PONDRÁN
A PRUEBA
La vida de Tiger se complicó una madrugada de finales del pasado mes de noviembre. Ellin Nordregen, su esposa, descubrió la otra vida del hasta entonces inmaculado golfista. La cascada posterior de desgracias acabó su torrente el pasado domingo, cuando Tiger pisó el Augusta National.
Desde entonces, el Masters sólo tiene ojos para la megaestrella. El ámbito del golf quiere comprobar si su ‘jefe’ no ha perdido la voracidad para ampliar su currículum como golfista (catorce ‘majors’, cuatro Masters).
La morbosa condición humana desea observar hasta qué punto influirá en su juego, ese otro currículum perverso. La espectación por el retorno del mejor de los golfistas, es tal que se estima que las audiencias televisivas se disparen hasta cifras nunca antes logradas (más de 20 millones de telespectadores para hoy y mañana).
REGRESO
MORBOSO
Si la prolongada ausencia de Tiger hundió estos índices en los torneos ya jugados en 2010 del PGA Tour, su regreso viene cargado de interés, morbo y telespectadores.
En el lado más humano, Tiger ya ha recibido en Augusta las primeras palmadas en la espalda. Las pautas de su terapia contra el rechazo social, por culpa de su adicción al sexo siguen correctamente su curso.
Ahora sólo queda esperar su seco estallido del ‘driver’ que rompa el tumultuoso silencio del ‘tee’ del uno en Augusta, a las 12h42 de Ecuador. Matt Kuchar y el coreano KJ Choi serán sus primeros compañeros de partido.
SU ESPOSA NO ASISTIRÁ
Ellin Nordregen, esposa del jugador no asistirá a ningún campeonato de Tiger Woods, para evitar contratiempos. Además, se conoce que el golfista estará acompañado de 90 guardaespaldas, que incluyen ex agentes del servicio secreto del FBI, para evitar que algunas de sus 15 amantes se le acerquen, y lo confronten frente a la prensa y los aficionados.