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14 may (EFE).- Una Premier League, una Copa de Inglaterra y una Supercopa no han sido suficientes para garantizar la continuidad del técnico italiano Roberto Mancini en el Manchester City, que anunció anoche su destitución.

Tras caer derrotados este sábado en la final de la Copa de Inglaterra frente al Wigan con un gol en el último suspiro, al jeque Mansour bin Zayed, miembro de la familia real de Abu Dhabi y dueño del City, se le agotó la paciencia.

El entrenador italiano, de 48 años, no ha conseguido revalidar esta temporada ninguno de los títulos que consiguió anteriormente ni mejorar el rendimiento del equipo inglés en las competiciones europeas, especialmente en la Champions. Mancini

Mancini llegó al City en diciembre de 2009 de la mano de Mansour, que había desembolsado desde el año anterior millones de euros para crear un equipo de estrellas, como el argentino Carlos Tévez o el marfileño Kolo Touré, que elevara al club a lo más alto del fútbol inglés.

La fórmula pareció dar resultado ya que en 2011, con el fichaje del español David Silva, el técnico italiano se anotó una Copa de Inglaterra y llevó a los de Manchester hasta la tercera posición del torneo liguero. Su clasificación en liga les otorgó el billete para la primera Champions que el club inglés jugaría en toda su historia.

Exdelantero del Sampdoria italiano, Mancini siempre apostó por un estilo alejado de la tradición inglesa y Mansour le respaldó con fichajes como Silva o el argentino Sergio «Kun» Agüero.

Su perseverancia terminó dando frutos en el torneo nacional y la afición «citizen», que había visto descender hasta la tercera división a su equipo 14 años antes, se rindió ante el entrenador italiano cuando el City ganó su primera Premier League en 44 años la temporada pasada.

El éxito liguero eclipsó el fracaso en la Liga de Campeones, de la que el club inglés se apeó en primera ronda sin poder hacer frente a equipos como el Bayern de Munich o el Nápoles.

La Liga Europa fue otro jarro de agua fría para Mansour y para los seguidores, ya que el City cayó eliminado en octavos de final ante el Sporting de Lisboa.

No obstante, el título liguero fue suficiente para que el dueño del club inglés renovara en julio de 2012 por cinco años más -hasta el verano de 2017- a Mancini, entonces en el «mejor momento» de su carrera, según confesó.

Al comienzo de esta temporada el italiano volvió a demostrar su compromiso con el club, llegando a asegurar, antes de afrontar su segunda Champions, que en diez años el City «será como el Real Madrid», con una «gran historia».

Precisamente contra el equipo blanco tuvo que enfrentarse en la fase de grupos de la Liga de Campeones esta temporada en lo que se vino a llamar el «grupo de la muerte», que completaban Ajax y Borussia Dortmund.

Los de Mancini no fueron capaces de ganar un solo encuentro de esta primera fase y volvieron a saborear la amargura de la eliminación en primera ronda por segundo año consecutivo, aunque esta vez sin la consolación de un puesto en la Liga Europa.

Tras el duro golpe, el técnico se mostró seguro de que no correría la misma suerte que su compañero Roberto Di Matteo, que fue destituido del Chelsea, al complicarse su clasificación para octavos de final después de haber ganado la Champions en la final de 2012.

«El Chelsea tardó diez años en ganar y no lo hicieron en su mejor momento. Lo lograron la temporada pasada, cuando probablemente nadie pensaba que fueran capaces», apuntaba.

Ahora, destituido a dos encuentros del final de la Premier, Mancini deja el City con una factura de 191 partidos, de los cuales ha ganado 113, ha empatado 38 y ha perdido 40, con un porcentaje medio de victorias cercano al 60 por ciento. EFE

Por ccarrera