Con 130 semanas no consecutivas al frente de la clasificación mundial, la veterana jugadora de 31 años volvió a demostrar que sin lesiones no tiene rival al doblegar a la campeona de Roland Garros con una gran potencia en el primer set, y con la frialdad suficiente para superar un pequeño bajón en el séptimo juego del segundo parcial y apuntillar luego su victoria con contundencia.
Ocho dobles faltas de Sharapova la hundieron en su juego. La rusa desapareció en el primer parcial, sin rumbo, sin resto y sin saque. Demasiadas ventajas para una rival como Serena que se hizo con esta primera manga en 32 minutos.
En la segunda, la siberiana reaccionó y llegó a situarse con un esperanzador 2-0 y luego 3-1, pero su saque volvió a desbaratar su esprint y en el sexto cedió su servicio en blanco.
Williams no perdonó después para volver a mostrar su poderío, sobre todo con su servicio, resolviendo dos bolas de rotura con dos de ellos a 180 kilómetros por hora y finalizando con otro espectacular a 195 km/h.
Además lo ha logrado sobre la jugadora que en unas semanas defenderá el título en París, y con la que ha ampliado su balance de victorias a 13-2, ganando las 12 últimas desde la final del Masters del 2004. Ahora con 28-1 sobre arcilla, su candidatura a París se refuerza aún más, si las lesiones le respetan.
La ganadora de 15 títulos individuales del Grand Slam, incluso se atrevió a hablar en español en la entrega de trofeos: «Gracias a Dios, gracias a todos por estar, estoy muy feliz, gracias a María», dijo la campeona del torneo, que también en la final del año pasado contra la bielorrusa Victoria Azarenka se mostró inabordable.
Ya con 50 títulos en su carrera, seis más que su hermana Venus, Serena es de sobra la jugadora con más galardones en activo, aunque lejos, muy lejos todavía de los 167 de Martina Navratilova. EFE.