Dugard, con 11 años, fue raptada en 1991 en una calle al sur de South Lake Tahoe (California) ante los ojos de su padrastro. Se presentó en una comisaría para identificarse y denunciar los hechos en agosto de 2009, con 29 años.
Los autores del secuestro, un matrimonio formado por Phillip y Nancy Garrido, fueron sentenciados a 431 y 36 años de cárcel, respectivamente. La extraña actitud de Phillip Garrido durante una visita al campus de Berkeley propició una investigación que le obligó a comparecer frente a las autoridades, momento que aprovechó Dugard para revelar su identidad.
Garrido y su esposa se proclamaron culpables de los cargos formulados en su contra, entre ellos los de violación, actos lascivos y secuestro con fines sexuales.
Dugard vivió en un cobertizo del jardín trasero de la vivienda de Garrido, que contó con la ayuda de su esposa, Nancy, para mantener la trama en secreto. Durante el cautiverio, Dugard dio a luz a dos bebés, cuya paternidad corresponde a Phillip Garrido, que contaba con antecedentes de crímenes sexuales.
Dugard y sus hijas hacían una vida aparentemente normal e incluso la joven ayudaba a Garrido a administrar una pequeña imprenta desde su casa en Antioch, al este de San Francisco, donde los clientes la conocían por el nombre de Allissa.
A pesar de que en ese trabajo siempre dispuso de un teléfono y un un ordenador, nunca intentó escapar o denunciar previamente los hechos porque, según dijo en el juicio, estaba atemorizada por las amenazas de su secuestrador.
Dugard publicó en 2011 su libro de memorias «A Stolen Life» («Una vida robada»).
Sin duda, el caso más conocido de los últimos años fue el de Kampusch.
Con 10 años y cuando iba camino del colegio, fue secuestrada en marzo de 1998 por Wolfgang Priklopil, un técnico de telecomunicaciones en paro que la ocultó en un zulo de seis metros cuadrados, situado bajo una puerta acorazada en el interior del garaje de su casa.
Ocho años más tarde, una joven delgada irrumpió en agosto de 2006 en el jardín de una casa a las afueras de Viena y anunció quién era y que había logrado escapar. Su captor, de 44 años, se suicidó ese mismo día bajo las vías de un tren al norte de Viena.
Su autobiografía «3,096 Days» («3.096 Días», el tiempo que permaneció privada de libertad) sirvió de base para la película del mismo nombre, estrenada en febrero.
Los otros casos más conocidos ocurridos en Estados Unidos son los de Elizabeth Smart y Shawn Hornbeck.
Smart, a los 14 años, fue raptada en junio de 2002 estando en su propia casa por Brian David Mitchell, condenado posteriormente a cadena perpetua. Mitchell, un expredicador, secuestró, violó y mantuvo secuestrada a Smart durante nueve meses.
Durante el juicio, Smart detalló los «nueves meses de infierno» que vivió con Mitchell, quien la secuestró a punta de cuchillo en el dormitorio de su vivienda familiar en Utah y la violó todos los días de su cautiverio hasta que fue detectada a tan sólo 32 kilómetros de su casa.
Su historia fue recogida por la película para televisión «The Elizabeth Smart Story». Sus memorias se editarán en septiembre.
Hornbeck era un niño de 11 años cuando fue secuestrado cerca de su casa en Richwoods (Misuri) mientras montaba en bicicleta. Tras más de cuatro años bajo cautiverio, fue encontrado en enero de 2007 junto a Ben Ownby, de 13 años, desaparecido días antes, en el apartamento de Michael Devlin, situado en Kirkwood, en las cercanías de Saint Louis (Misuri).
Devlin, acusado formalmente de acosar sexualmente y sodomizar en más de 70 ocasiones a los niños, fue condenado a cadena perpetua.EFE