Desde su cama de hospital, Merina contó su dura experiencia tras quedar atrapada bajo los escombros durante cuatro días. “Yo estaba en el tercer piso cuando el edificio se desplomó.De repente, el techo se vino abajo. Me senté en el piso cerca a una máquina pesada, lo que me ayudó a permanecer viva”, dijo con una voz calmada.
“Viví dentro de los escombros con otros sobrevivientes”, añadió.
Merina tenía una pequeña botella de agua que se le acabó rápidamente. Narró cómo otra gente empezó a beber su orina, pero dijo que ella no lo había hecho.
Citó que uno de los momentos más difíciles fue cuando una colega se enloqueció y la mordió diciendo: “Llévame con mi hijo”, contó.