«Uno de los efectos positivos y una de las razones por las cuales necesitamos una reforma migratoria integral es porque, una vez puesta en marcha, fortalecerá nuestra seguridad nacional», dijo durante su acostumbrada rueda de prensa, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
Carney explicó que la postura de la Casa Blanca es que es necesario avanzar con el debate sobre esta «muy importante legislación bipartidista», medida que cuenta con el respaldo de sus coautores, entre ellos senadores republicanos como John McCain, Lindsey Graham y Marco Rubio.
Agregó que el llamado «Grupo de los ocho«, el grupo de cuatro demócratas y cuatro republicanos que negoció el plan reformista en el Senado, ha destacado la necesidad de sacar de la sombra a los once millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos.
«El proceso de avanzar sobre una vía ganada hacia la ciudadanía y las distintas trabas que hay que superar en ese proceso permite que las autoridades y agencias relevantes obtengan más información sobre estos individuos, y eso es algo muy importante», subrayó Carney.
Desde antes de la presentación formal del proyecto de ley para la reforma migratoria, varios líderes republicanos, entre ellos los senadores Charles Grassley y Jeff Sessions, han sugerido demorar el proceso legislativo.
A raíz del atentado en el maratón de Boston, éstos han vuelto a insistir en la necesidad de alargar el proceso y proceder con cautela.
Hoy mismo, el presidente del Comité Judicial del Senado, Patrick Leahy, y su colega demócrata por Nueva York, Charles Schumer, advirtieron durante la segunda audiencia sobre la reforma migratoria de que el atentado en Boston no debería ser excusa para no hacer nada o retrasar la tramitación.
«Lo digo en particular a aquellos que están señalando a lo ocurrido, la terrible tragedia en Boston, como lo que yo diría es una excusa para no hacer nada sobre el proyecto de ley o para demorarlo», dijo Schumer.
Visiblemente indignado y dirigiéndose a Schumer, Grassley alzó la voz y negó la acusación del senador neoyorquino. EFE