Los atentados terroristas no sólo generan miedo y zozobra, además desencadenan una ola de preocupación a escala mundial.
Este es el caso de la tragedia que se suscito en la maratón de Boston donde tres personas perdieron la vida.
Ellos, atletas y personas que luchaban por un triunfo a nivel deportivo dejaron este mundo de la peor forma posible.
El caso de un joven que esperaba en la meta a su novia para pedirle matrimonio, enmudece a la opinión pública. El fuego no sólo le quito la vida a la deportista sino además se llevo el amor y la fuerza del prometido. La razón y motor de su existencia feneció en manos de asesinos.
Son historias particulares pero que por su trascendencia marcan el miedo y hacen que otros deportistas vean con temor asistir a otra carrera.