La muerte de Michael Jackson amenaza acabar con la carrera de Conrad Murray, el médico personal del cantante y principal acusado en su fallecimiento.
El fiscal general de California ha pedido a un tribunal que se le quite la licencia y se le prohiba, por tanto, practicar la medicina, mientras se enfrenta a cargos de homicidio involuntario.
En nombre de la Junta Médica de California, el fiscal Jerry Brown presentó una petición en el Tribunal Superior de Los Ángeles, en la que solicita al juez que restrinja la licencia de Murray como condición para su libertad bajo fianza.
La policía asegura que el médico personal de Jackson, que lo asistía en el momento de su muerte, el 25 de junio, reconoció a los investigadores haber suministrado propofol al cantante para ayudarle a dormir. Sin embargo, Murray se declara inocente y alega que no fue el primer médico en recetarle dicho medicamento a Jackson.
De ser hallado culpable, Murray se podría enfrentar hasta a cuatro años de cárcel. El mes pasado, un juez ya rechazó una solicitud de la fiscalía de Los Ángeles para suspender la licencia de Murray, pero prohibió a éste el uso de anestesia en sus pacientes.