27 mar (EFE).- Los desplazados somalíes que se refugian en Mogadiscio sufren violaciones, palizas y otros abusos a manos de los miembros de las agencias de Seguridad del país y de grupos armados, denunció hoy la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW).
En un informe titulado «Rehenes de los guardianes: abusos contra desplazados internos en Mogadiscio», HRW alerta de la existencia de «graves violaciones, incluidos ataques físicos, restricción de movimientos y de acceso a refugio y comida, y discriminación» en función del clan de pertenencia.
Basado en 70 entrevistas con desplazados, el texto de 80 páginas detalla abusos de los soldados gubernamentales, milicias leales y otros actores, como los directores de los campamentos de refugiados.
En este sentido, HRW urgió al Ejecutivo somalí a mejorar la protección de estos refugiados -muchos de los cuales se trasladaron a la capital del país en busca de ayuda durante el pico de la última hambruna, a mediados de 2011- y pedir responsabilidades a los autores de los abusos.
«El nuevo Gobierno debería pasar la página de los errores cometidos por el anterior Ejecutivo de transición y dar seguridad a los desplazados, que son de los ciudadanos más vulnerables de Somalia», aseguró Leslie Lefkow, subdirectora de HRW para África.
«En vez de encontrar un refugio seguro contra la guerra y el hambre, muchos desplazados somalíes que vinieron a Mogadiscio han hallado hostilidad y abusos», agregó Lefkow.
Según HRW, muchas mujeres y niñas violadas no informan de estos actos por miedo a represalias, porque temen el estigma social y por desconfianza en el sistema judicial.
El nuevo Gobierno presidido por Hassan Sheikh Mohamud, surgido el pasado septiembre de un proceso electoral auspiciado por la ONU, anunció su intención de reubicar a los desplazados en 2013, aunque por el momento no se han hecho progresos significativos.
Las organizaciones humanitarias estiman el número de desplazados somalíes en la capital entre 180.000 y 370.000.
El informe de HRW llega semanas después de conocerse el caso de una mujer detenida por supuesta difamación de la Policía somalí, a la que acusó de haberla violado.
El pasado 3 de marzo, el Tribunal de Apelación de Mogadiscio desestimó los cargos contra Lul Ali Osman, de 27 años y madre de cinco hijos, arrestada el pasado 10 de enero por el citado cargo.
El juez Mohamed Hassan Ali indicó que la acusación carecía de pruebas contra ella, pero decidió mantener en prisión durante seis meses al reportero somalí independiente Abdiaziz Abdinur Ibrahim, quien la había entrevistado.
Somalia vive en un estado de guerra y caos permanente desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un Gobierno medianamente efectivo y en manos de milicias radicales islámicas, señores de la guerra que responden a los intereses de un clan determinado y bandas de delincuentes armados.
Pese a los avances en el terreno político logrados el pasado año, el nuevo Ejecutivo todavía no cuenta con un control absoluto del territorio, con amplias zonas del centro y el sur de Somalia están bajo dominio de la milicia fundamentalista islámica Al Shabab. EFE