Sáb. Nov 9th, 2024

03-popu-principal17 mar (EFE).- El papa Francisco ha conquistado hoy los corazones de miles de fieles que abarrotaban la plaza de San Pedro cuando, antes de rezar el Ángelus, les ha saludado con un «Buenos Días» y se ha despedido con un «Buen Almuerzo y buen Domingo», provocando una ovación casi interminable.

La mañana se ha abierto soleada pero a medida que transcurrían las horas el cielo se volvía plomizo.

Miles de personas caminaban desde todas las direcciones hacia San Pedro pues era la única forma de alcanzar el Vaticano ante la multitud de carreras que se celebraban en el centro histórico de Roma.

Ante el llenazo de la plaza de Bernini, considerada por Stendahl como «consumación del arte», el gentío esperaba también en la Via de la Conciliazione a que Francisco se asomara a la ventana de su apartamento del Palacio Apostólico para rezar su primer Ángelus como pontífice, en el quinto domingo de Cuaresma.

Fuertes aplausos, ondear de banderas y vivas han acompañado a Francisco en su primer Ángelus, que unas 300.000 personas presentes han seguido con atención, recogimiento y cómplices sonrisas cuando el Papa ha explicado que estaba leyendo «Misericordia» del cardenal Kasper, pero ha matizado: «No es que yo quiera hacer publicidad de los cardenales, eh?».

Recordó que el Evangelio de este domingo presenta el episodio de la mujer adúltera a la que Jesús salva de la condena a muerte y ha dicho que «impresiona» escuchar las palabras de Jesús.

«En Él no vemos palabras de desprecio, ni de condena, sólo de amor, de misericordia», ha recordado.

Tras despedirse y desear «buen almuerzo y buen domingo», la muchedumbre salía a duras penas de la plaza elíptica.

«Es humilde, es de barrio y capaz. Hágase a la idea de que este Papa es el párroco de su iglesia. Así es Bergoglio. Es capaz de comunicar lo que el pueblo necesita escuchar de un Papa», dijo a Efe el argentino Rolando Aquiles, de 54 años.

Para la italiana Aurora Minetti, de 63, «el Papa llega al corazón de las gentes y los gestos de estos días de ir a pagar el hotel, de trasladarse en autobús o de mantener su cruz de hierro suponen un gran ejemplo para la Curia romana».

Minetti reconoce que Francisco no tiene la talla intelectual de su predecesor Benedicto XVI, pero considera que «posee más carisma, se comunica hasta llegar al corazón y además, si necesita teólogos, se hará ayudar por ellos, los tendrá a su lado».

En la embocadura de la plaza de Bernini, un grupo antiabortista aplaudía y ondeaba su pancarta por la vida.

«Ha recordado el papel de la misericordia y esto es una gran esperanza. Para el movimiento por la vida el hecho de que haya hecho esta alusión a la familia, a la vida, su bendición para las mujeres embarazadas y la crítica a la plaga del aborto nos abre buenos augurios para el futuro», dijo Leo P. de 38 años.

El Papa recordó de nuevo que tomó el nombre de San Francisco de Asís, el santo que amaba a todos los seres vivos, y por eso en la plaza agitaba sus pancartas una asociación a favor de los animales, para los que también este pontífice constituye una esperanza.

Los defensores de los animales ondeaban una sábana en la que figuraba escrita en letras rojas una frase de San Francisco de Asís: «Los animales son mis amigos, y yo no me como a mis amigos».

«Tiene una alegría contagiosa, es humilde, va a ser un nuevo San Francisco de Asís», declaró a Efe Marina Petrus, de 32 años.

Un grupo de homosexuales brasileños con la bandera de su país a modo de capa anudada al cuello y que estos días han esperado a que saliera la fumata blanca, no cabían en sí de gozo.

«Esperemos que esto no sea una estrategia de la Curia», dijo Joao Henriques, de 31 años.

«Una estrategia de poner un papa pobre para luego darnos un hachazo, no, yo creo que este Papa es bueno de verdad».

«Además -continuó- ha hablado de una prostituta y yo lo veo como un guiño para los que somos un poco marginales».

El ir y venir de cámaras era contemplado por el español Miguel Ángel Martín Serrano, presidente de la Fundación Santo Súbito.

«El papa Francisco es un papa cercano y humilde, unas características que la Iglesia necesitaba para acercarse a su pueblo. Se requería un pastor menos teólogo, más allá de que el papa Ratzinger sea un gran teólogo, se necesitaba un pontífice más cercano, menos frío», aseguró, levantando la vista hacia la imponente cúpula diseñada por Miguel Ángel, revestida hoy por una luz gris acero, como las aguas del Tíber. EFE

Por sfeijoo