Los cardenales entraron en la Sixtina a las 16.30 hora local (15.30 gmt), tras reunirse un cuarto de hora antes en la cercana capilla Paulina para una oración inicial, tras la cual el purpurado que preside el rito, el cardenal Giovanni Battista Re, les recordó en latín, lengua en la que se desarrolla el ritual, que están allí para elegir al Sumo Pontífice.
Desde la capilla Paulina comenzó la procesión, que atravesó la Sala Regia para llegar hasta la colindante Sixtina.
Una cruz abrió la procesión, seguida de la Capilla Musical Pontificia, algunos prelados, los ceremonieros, el secretario del colegio cardenalicio, Lorenzo Baldisseri; el vicecamarlengo, Pier Luigi Celata, y el cardenal octogenario maltés Prosper Grech, encargado de pronunciar la última meditación antes del voto, y el Maestro de las Celebraciones Pontificia, Guido Marini.
Detrás los cardenales, en orden inverso de precedencia: primero los de la orden de los diáconos, seguidos de presbítero y de los obispos.
La procesión la cerró el purpurado Giovanni Battista Re, que es el cardenal de la orden de los obispos más antiguo, debido a que tanto el decano del colegio cardenalicio como el vicedecano, Angelo Sodano y Roger Etchegaray, no pueden entrar en el cónclave al tener más de 80 años y la normativa vaticana impide a los purpurados octogenarios votar, aunque si pueden ser elegidos.
Todos entraron recitando las letanías en la capilla Sixtina, que sigue siendo el tradicional lugar donde, bajo el fresco del «Juicio Final» de Miguel Ángel, se elegirá al sucesor del papa Ratzinger.
En el recinto están el Sustituto de la Secretaria de Estado, Angelo Becciu; el Secretario para las Relaciones con los Estados, Dominique Mamberti.
También el Prefecto de la Casa Pontificia, Georg Ganswein; religiosos de la sacristía de la Sixtina, los sacerdotes que se encargarán de las confesiones de los cardenales, y el Comandante de la Guardia Suiza Pontificia, Elmar Mäder, como establece el ceremonial. EFE