10 mar (EFE).- Japón recordó la tragedia del 11 de marzo hoy, víspera del segundo aniversario de la catástrofe, con ceremonias en memoria de las víctimas y manifestaciones que pidieron el cierre de las plantas nucleares tras el accidente de Fukushima.
Aunque mañana se celebrará un gran memorial en Tokio en el que intervendrán el emperador, Akihito, y el primer ministro, Shinzo Abe, algunas ciudades del noreste realizaron eventos hoy, domingo, para facilitar la asistencia de muchos de sus ciudadanos, que ahora se han mudado o permanecen evacuados en otras localidades.
Rikuzentakata, que congregó hoy a unos 800 vecinos en un colegio para recordar a los 1.556 muertos y 217 desaparecidos que dejó el tsunami hace casi dos años, fue uno de esos municipios.
«Los ciudadanos (de Rikuzentakata) deben hacer un esfuerzo común para hacer realidad la reconstrucción tan pronto como sea posible», dijo, en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo, el alcalde del pueblo, Futoshi Toba.
El pueblo de Okuma celebró también hoy un acto para honrar a aquellos de sus habitantes que fallecieron el 11 de marzo de 2011 a causa del tsunami.
No obstante, el evento tuvo que celebrarse en Aizuwakamatsu, a unos 100 kilómetros al oeste de Okuma, ya que este pueblo, que acoge la accidentada central nuclear de Fukushima, fue totalmente evacuado y dos años después del accidente aún es una ciudad fantasma.
La localidad no solo permanece dentro del perímetro de acceso restringido trazado con un radio de unos 20 kilómetros alrededor de la planta, si no que el 96 % del municipio ha sido designado por el Gobierno como una zona «de difícil retorno» que requiere evacuación a largo plazo.
Esto implica que llevará varios años establecer si es seguro que los vecinos retornen o no a sus casas.
El ayuntamiento de Okuma se ha establecido provisionalmente en Aizuwakamatsu, mientras que 10.960 ciudadanos, el 91 % de su población original, viven aún en viviendas temporales o centros de evacuación.
Por otra parte, varios miles de manifestantes, según los organizadores, recordaron hoy en las calles del centro de Tokio a los afectados por el accidente en la planta nuclear y pidieron el fin de la energía atómica en el archipiélago.
Decenas de asociaciones convocaron hoy la marcha, que desfiló desde el parque de Hibiya hasta el parlamento al son del «¡No queremos centrales nucleares! ¡No a la reactivación nuclear» que se ha popularizado en el país tras la crisis de Fukushima.
Frente al edificio que acoge el hemiciclo, portavoces de los grupos antinucleares pidieron al gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD), que se impuso en las pasadas generales de diciembre, que no reactive las centrales atómicas de Japón.
A diferencia del anterior Gobierno del Partido Democrático (PD), que prometió un país sin nucleares a partir de la década de 2030, el PLD no ha cerrado la puerta a la opción atómica y se ha propuesto estudiar la situación durante los próximos tres años.
Mientras, los reactores 3 y 4 de la central de Oi (oeste del país) son los únicos de entre los más de 50 que posee Japón que siguen operativos tras el accidente en Fukushima.
De manera simultánea a la manifestación, en la bahía de Tokio, se celebró el macroconcierto «No Nukes 2013» («No a las nucleares 2013»), que contó con la participación del célebre músico Ryuichi Sakamoto y cuya recaudación irá destinada a los afectados por la crisis atómica.
El terremoto de 9 grados y posterior tsunami del 11 de marzo de 2011 dejaron más de 19.000 muertos y desaparecidos y provocaron en la central de Fukushima el peor accidente nuclear en 25 años.
Más de 250.000 personas del noreste de Japón permanecen evacuadas a causa de los destrozos causados por el tsunami o debido a la radiación de la planta, que ha afectado gravemente a la ganadería, la pesca y la agricultura local. EFE