Cada vez que en el país se vive un proceso electoral, la historia parece repetirse. Los ecuatorianos toman la jornada como el tiempo propicio para esperar por los resultados en casa y degustando un almuerzo junto a sus seres queridos. Mientras que en las juntas receptoras del voto el comercio informal ‘hace su agosto’, ya sea emplasticando certificados de votación o vendiendo el típico ceviche de balde o el jugo para ‘matar la sed’.
Cada persona busca algún beneficio de la jornada que en muchos de los casos, sirve para llevar el pan de cada día a casa. El frío o el calor, el hambre o el cansancio no son un obstáculo para las personas que esperan cada comicio electoral para llevarse unos cuantos dólares al bolsillo. Platos típicos, pasando por las ‘gafas de 5’ se vendieron como ‘pan caliente’ en la jornada de ayer.