Familias, religiosos y muchos jóvenes se aglomeraron a primera hora de la mañana en el Verizon Center de la capital -donde habitualmente juegan los equipos locales de baloncesto (los Washington Wizards) y hockey sobre hielo- para asistir a una misa oficiada por el arzobispo de Washington, monseñor Donald Wuerl.
«Me enorgullece ver el fervor con el que los jóvenes defienden a aquellos miembros más vulnerables e indefensos de nuestra sociedad», arengó el cardenal Wuerl a las casi 20.000 personas reunidas en las gradas de la cancha de baloncesto.
Desde una tarima en el centro de la pista, el cardenal presentó uno por uno a los obispos y arzobispos llegados de todo el país, que desencadenaron los aplausos y ovaciones de la grada, aunque los vítores más sonados fueron para el nuncio de la Santa Sede en Estados Unidos, el arzobispo Carlo Maria Viganò.
Las instalaciones de la cancha de baloncesto -que apenas unas horas más tarde acogió un partido de la NBA entre los Wizards y los Minnesota Timberwolves- permitieron retransmitir en directo la ceremonia a través de las pantallas gigantes y los sistemas de megafonía.
Antes de «saltar» a la cancha, los obispos pudieron ataviarse en el vestuario asignado al equipo local, mientras que los capellanes fueron destinados a las dependencias reservadas para el conjunto visitante.
Tras la misa, la mayoría de los asistentes desfilaron por las calles de Washington hasta sumarse a la «Marcha por la Vida», convocada en el gran parque central de la capital, donde ya les esperaban millares de manifestantes junto a quienes marcharon hasta las escalinatas de la Corte Suprema.
Bajo el lema «40=55M», en referencia a los 55 millones de abortos practicados en los últimos cuarenta años, según cálculos de los organizadores, miembros de varias confesiones religiosas -no sólo católicos- levantaron pancartas en las que podía leerse «Abolid el Aborto», «Defiendan la vida» y «Retiren los fondos a la Planificación Familiar».
«Estamos aquí porque somos provida, porque los abortos están mal y están asesinando vidas», explicaron a Efe Anna, Anna Elisa y Allison, tres adolescentes venidas del estado de Ohio junto al resto de sus compañeras de clase: «el Tribunal Supremo debe parar esto porque cada ser, ya tenga un minuto o 45 años de vida, tiene los mismos derechos», remacharon.
Además de familias, jóvenes y religiosos, a la marcha también acudieron algunas destacadas figuras políticas conservadoras, como el que fuera aspirante a la candidatura republicana a la presidencia, Rick Santorum, mientras que el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, anunció su apoyo a la concentración a través de internet.
«Cada vez más gente apoya esta causa. Yo vine de Nueva York con un grupo pequeño, pero estoy convencido de que el año que viene me acompañará uno mayor», destacó a Efe Fabián Cabrea, un activista hispano que justificó su rechazo al aborto porque éste «atenta contra la vida».
A raíz de un fallo del Supremo en enero de 1973, el aborto es un derecho garantizado en EE.UU. durante el primer trimestre de gestación, aunque los estados pueden imponer regulaciones a partir del segundo trimestre, o incluso prohibir el aborto en el último trimestre, cuando el feto es viable fuera del útero.
Sin embargo, varios estados gobernados en su mayoría por políticos republicanos han tratado de combatir durante años la sentencia a partir de leyes restrictivas, por lo que el derecho al aborto sigue siendo motivo de fuerte polémica en el día a día de la política estadounidense. EFE