47 barrios del norte de Quito no tuvieron agua potable durante tres días, esto causo ira en algunos ciudadanos que tuvieron que buscar modos emergentes para abastecerse del líquido vital. Ellos aseguran entender que la medida fue tomada de manera obligatoria pues el procedimiento llevado a cabo no podía ser cumplido si es que el agua llegaba a los hogares de manera normal, pero aún así causo mal sabor de boca.
Los botellones de agua se terminaron en las tiendas del sector dejando claro que en el país no existe una cultura preventiva. Por en diversos medios se hizo pública la suspensión pero a pesar de todo, la mayoría de ciudadanos no tomó precauciones. Debemos ser conscientes que ante medidas como estas tenemos que ser cautos y tomar las medidas que sean necesarias.
