Ganador de este torneo en 2008, 2011 y 2012, el de Belgrado estuvo contra las cuerdas ante Wawrinka en una primera parte del encuentro que hubiera firmado el mismo Roger Federer, pero al final su conocida garra y un giro total, saliendo de su refugio en la línea de fondo y atacando al máximo, le llevó a la victoria aunque en cinco sets, después de cinco horas y un minuto.
Con el español Enric Molina como juez de silla, Djokovic estuvo al límite, desorientado y sin rumbo, incluso resbalando por la Rod Laver Arena, en clara señal de que no encontraba su sitio.
El serbio perdía por 6-1 y 5-2 ante Wawrinka, que se había hecho con el primer parcial en solo 25 minutos, en una tremenda demolición, con solo tres errores no forzados, desmadejando el juego del número uno del mundo, al que rompió el servicio cinco veces.
El suizo llegó a sacar para ganar el segundo parcial con 5-3, y cobrar así una ventaja importante, y de paso darle a su compatriota Federer la oportunidad de recuperar el puesto de número uno del mundo, escenario que se produciría si Roger gana el torneo y «Nole» quedase eliminado.
Pero si algo echa en falta el juego de Wawrinka es la garra final necesaria para derrotar a un número uno del mundo, algo en lo que ha fallado en 11 duelos contra jugadores que han ocupado este puesto.
Unos masajes en la pierna derecha antes del desempate obraron milagro en el suizo, que se impuso en un desempate colosal en el que recuperó toda su magia. Con el cuarto set en el bolsillo, «Stan» rompió el servicio de «Nole» en los comienzos del quinto, pero lo perdió a continuación.
En el noveno juego, Wawrinka tuvo su oportunidad de oro, disfrutó de tres puntos de rotura, pero los desperdició, y este parcial se fue hasta los 103 minutos, con ambos jugadores tocados, Stanislas con evidentes calambres y Nole con estiramientos. Fue el serbio, pero a la tercera bola de partido, cuando logró el triunfo en un punto soberbio.
Djokovic lleva ya 15 cuartos de final consecutivos en torneos del Grand Slam, superando al checo Ivan Lendl, aunque todavía lejos de los 27 del estadounidense Jimmy Connors y de los 34 de Federer. Ningún campeón del Abierto de Australia cae antes de cuartos, desde el checo Petr Korda en 1998. Desde que perdió en 2010 contra el francés Jo-Wilfried Tsonga, «Nole» lleva ya 17 victorias seguidas en Melbourne.
Antes, David Ferrer resolvió un duelo con tintes de revancha ante el japonés Kei Nishikori, su verdugo en los JJ.OO. de Londres, por 6-2, 6-1 y 6-4, para colocarse a una sola victoria de la número 500 de su carrera.
El jugador nipón fue cuartofinalista el pasado año y había ganado dos de los tres encuentros anteriores contra David, pero en el de hoy sucumbió con 65 errores no forzados en dos horas y diez minutos, tras ceder su servicio en siete ocasiones.
Ferrer, que lleva ya ocho encuentros ganados consecutivos tras vencer la semana pasada en Auckland, afronta ahora un histórico partido, si gana, contra su compatriota Nicolás Almagro, que alcanzó por primera vez los cuartos en Melbourne al avanzar con una victoria ante el serbio Janko Tipsarevic, por 6-2, 5-1 y abandono por lesión del jugador de Belgrado en el talón izquierdo.
Tipsarevic, ganador este año en el torneo de Madras (India), fue atendido varias veces durante el duelo, y al final, después de 112 minutos.
Será una nuevo duelo de cuartos de final entre españoles después del de 2011, cuando Ferrer se impuso a Nadal, y habrá un semifinalista español por tercer año consecutivo. David lo encara con la confianza de haber ganado todos ellos contra Almagro, las doce veces que ambos se han enfrentado, pero Almagro sabe que es su primer acceso a los cuartos de un grande en pista dura.
En Roland Garros «Nico» ha sido tres veces cuarto finalista (2008-10-12). «Es una gran oportunidad para mi de estar una semifinal», dijo almagro. «Estoy preparado para pelear. Me encuentro bien físicamente y feliz con mi tenis. Creo que estoy jugando bien, pero él está jugando con mucha confianza, veremos que sucede el martes», dijo Almagro.
En el cuadro femenino, ya hay garantizada también una plaza en semifinales para una jugadora rusa, pues Maria Sharapova y Ekaterina Makarova se medirán en esa ronda.
Sharapova, campeona en 2008, que derrotó a la belga Kirsten Flipkens por 6-1 y 6-2, sigue en su línea demoledora. En cuatro partidos disputados no solo no ha cedido ni un solo set, sino que se dejado en el camino únicamente cinco juegos. Pese a todo, no se excedió ni un solo milímetro al comentar sus expectativas.
«Desde luego estoy contenta por estar jugando tan bien, pero lo más duro comienza ahora», dijo la siberiana al referirse a su próximo duelo y teniendo en cuenta que ha llegado a Melbourne sin el rodaje de otras rivales, tras borrarse de una exhibición en Corea del Sur y luego en Brisbane para proteger su clavícula derecha.
En 1989 la alemana Steffi Graf irrumpió en este Abierto de una forma parecida a la de Sharapova, concediendo únicamente ocho juegos en sus cuatro primeros encuentros, en su camino para el segundo de sus tres títulos en Melbourne.
La moral de Sharapova se ha visto reforzada en esta primera semana tras lograr dos victorias por un doble 6-0, la primera vez que sucede en un grande desde 1985, y luego demoler a mi Venus Williams por 6-1, 6-3 en la tercera ronda.
Ahora le sale al paso su compatriota Makarova, 19 del mundo, que superó a la alemana Angelique Kerber, quinta favorita, por 7-5 y 6-4. Y por segundo año consecutivo, y en la misma, ronda, las dos rusas se volverán a enfrentar, aunque Ekaterina parece afrontar con más expectativas este nuevo duelo.
«El pasado año fue una novedad y yo tenía demasiadas cosas en mi cabeza. Este año estoy más acostumbrada por lo que estoy preparada para hacerlo mejor», dijo Makarova.
También la china Na Li parece prepara para alcanzar de nuevo la final como hizo hace dos años. Li salvó un punto de set en el desempate y derrotó a la alemana Julia Goerges por 7-6 (6) y 6-1 para enfrentarse ahora con la jugadora más regular del año, la polaca Agnieszka Radwanska.
«Aga», sin duda la más productiva del circuito WTA en este inicio de año, venció a la serbia Ana Ivanovic, por 6-2 y 6-4 en 69 minutos, y lleva ya 13 victorias consecutivas y sin ceder un solo set en todas ellas, con títulos en Auckland y Syndey.
Ivanovic acabó con 34 errores no forzados, y Radwanska con únicamente cuatro, una solidez con la que construyó una victoria demoledora. EFE