Aunque Kim Kardashian sigue inmersa en el proceso de divorcio, el pleito legal no será obstáculo para formalizar su relación con el rapero Kanye West, de quien espera su primer hijo para el próximo verano.
La pareja protagonizará un encuentro en la playa en la que celebrará su amor y su vida en común acompañada de su familia, y ambos incluso intercambiarán anillos en señal de su compromiso.