El vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, Miguel Díaz Canel, se convirtió hoy en el primero de los invitados en llegar a Caracas para el acto organizado mañana por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), de Hugo Chávez, para reemplazar la ceremonia de inicio del período 2013-2019.
El canal VTV de la red estatal de la televisión venezolana mostró la llegada de Díaz Canel al aeropuerto internacional de Maiquetía, que sirve a Caracas, quien no dio declaraciones tras recibir el saludo castrense y de protocolo de rigor.
Está previsto que en el transcurso del día lleguen el presidente de Uruguay, José Mujica; el expresidente de Paraguay Fernando Lugo y el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, y mañana el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el canciller de Argentina, Héctor Timerman, entre otros dignatarios.
El acto organizado por el gobernante PSUV, centrado en una concentración popular frente a la sede del Ejecutivo, reemplaza al de la investidura presidencial, que no tendrá lugar por ausencia de Chávez, quien convalece en Cuba de una operación por el cáncer que padece.
Cuarenta y ocho horas antes de cumplirse el plazo constitucional para el inicio del periodo 2013-2019, la unicameral Asamblea Nacional recibió una comunicación a través de la cual el Gobierno dio cuenta de que la recuperación postquirúrgica de Chávez en Cuba irá «más allá del día 10 de enero».
El jefe de Estado venezolano fue intervenido el pasado 11 de diciembre por cuarta ocasión en año y medio tras la reaparición de un cáncer contra el que lucha desde mediados de 2011 y cuya tipología o ubicación exacta no han sido precisadas por el Gobierno.
Chávez se encuentra, según el último informe gubernamental, en estado «estacionario» y recibe tratamiento para superar una «insuficiencia respiratoria» ocasionada por una «severa infección pulmonar» durante el postoperatorio.
El líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles, pidió ayer a los mandatarios de la región y representantes que no viajen a Venezuela para participar en una actividad que, consideró, se limita a un «juego político» del PSUV. EFE