“La vida no es justa para todos”, fue la frase con la que ‘Miguelito’ empezó la charla. La vereda fue el lugar idóneo para que mientras comía me contará su experiencia.
La tarde tiene un cuadro diferente según los ojos con las que se la aprecie. Caminaba de regreso a mi casa cuando note que un niño para muchos desapercibido me pidió que le regalará dinero para comprar un pan.
Obedeciendo al consejo de mis padres le indiqué que no podía darle dinero pero que si deseaba me acompañe a la vereda de mi casa y ahí lo alimentaría.
Con una mirada pícara que sólo es resultado de una vida llena de desconfianza me dijo: “Ya nada pues señorita vamos que me muero de hambre. No he ‘jamado’ nada desde ayer”.
Llegamos y le pedí que me contará sus experiencias mientras comía. “No tengo nada que contar, nací en la calle según lo que me dijo mi mamá antes de que se vaya. Ella me pegaba y se drograba. Metía hombres a la casa y le hacían ‘cosas’ en mi delante. Pero bueno mejor que se fue. Tenía más hermanos pero quedaron a cargo de mi abuela. Esa vieja es mala por eso no vivo con ella”, indicó Miguelito mientras saboreaba un pan.
“A mi padre ni lo conocí, dijeron que había caído en ‘cana’ por ‘choro’. Dicen que mis hermanos no son ni de él. Así que ya nada”, comentó titubeante.
* ¿Dónde duermes?
Donde me de sueño… (risas). No, a veces dentro de los contenedores de basura que se han colocado en las calles. Son calientitos, apesta pero el cansancio me sabe ganar.
* ¿Cómo consigues dinero para alimentarte?
Me enseñaron a mendigar. Así como usted existen personas que son buenas que me regalan para comer. Pero aquí entre los dos, la ‘goma’ (cemento de contacto), me quita el hambre y además me ayuda con el maldito pacheco. Es barata y me la compro con el dinero que consigo de las personas.
* ¿Desde que edad te drogas?
Desde que me acuerdo, mis hermanos mayores me enseñaron. Ellos me dijeron que se me ‘tostan’ las neuronas pero como no aspiro a ser nadie, ya nada.
* Cambia tu futuro. ¿Porqué no vas a una casa hogar?
No ‘ahicito’ no más. Una vez me dejé meter en ese lugar. Pero a mi no me gusta estar encerrado. Me crié en las calles y estar ahí metidote todito el día no me gusta.
* ¿Has tenido sexo?
Sí, dos veces pero las peladas son vivísimas se meten con uno para darles de comer, pero no con lo poco que consigo no me quiero meter en cosas más pesadas. Mejor sólo. Me voy donde quiero aunque anhelo ver si algún día ‘jalando dedo’ consigo llegar a la playa. Cuando ya esté frente al mar igual he de buscar la manera de comer. Eso es todo.
Si tiene hijos, no los deje botados
Cuando pedí a mi pequeño entrevistado que regrese a mi casa cuando tenga hambre, él me dijo yo no le prometo nada. Mejor cuidese y cuide a sus hijos si es que tiene. No los deje botados. La calle es dura, los políticos hablan de nosotros sin haber pasado hambre. “A veces pienso que Dios no existe para los pobres. No tener un centavo en el bolsillo duele menos que no tener a nadie que vele por ti”, dijo mientras caminaba sin rumbo.